Independiente bailó a Barracas Central y lo derrotó 3-0 con goles de Matías Giménez Rojas, Lucas González y Braian Martínez.
Baile total en Avellaneda, fútbol del que le gusta al exigente hincha de Independiente. El Rojo no se encontraba desde hacía tres semanas y media con su gente, y para compensar la espera, prepararon el partido perfecto. A puro toque, le rindieron homenaje a la Scaloneta, y el resultado final se quedó corto.
De arranque, los dirigidos por Carlos Tevez mostraron sus intenciones. Con pelota al piso, el mediocampo conducido por Iván Marcone empezaron a tocar. Para los costados, atrás, y en el momento justo, pase filtrado. El local lastimaba, aunque el gol se hacía desear.
Sin embargo, llegó, y de la manera más impensada. A Independiente le costaba la pelota parada, y a los 27 minutos tuvo un valioso córner desde la izquierda. Federico Mancuello lo ejecutó de manera perfecta, y Matías Giménez Rojas conectó con un frentazo demoledor que dejó sin chances a Andrés Desábato. ¿Cuándo había sido el último gol así?
Pero el Rojo era una furia, estaba lleno de bronca. Los dos puntos perdidos en La Paternal lo habían dejado con sabor a poco, y estaba decidido a destruir a Barracas Central. Por eso, el Diablo siguió con el baile que más le gusta, y nueve minutos después llegó el 2-0: A los 36, Lucas González desató un zurdazo al primer palo que sorprendió a propios y extraños. ¡Golazo!
En el segundo tiempo, el baile siguió. Independiente empezó a tirar lujos, y siguió tocando tal cual el primer tiempo. El 2-0 se quedaba corto, y por ese motivo, no terminó así. Por eso, a los 15 de la segunda parte, una gran jugada de Javier Ruiz terminó en los pies de Alexis Canelo. Mano a mano, en vez de definir cedió para Braian Martínez, que selló el 3-0. ¡Locura total en el Libertadores de América – Ricardo Enrique Bochini!
El baile siguió, y en algunas ocasiones, casi llega el cuarto, pero el duelo terminó 3-0. Cuando Andrés Gariano pitó el final, Avellaneda fue una fiesta. Los hinchas celebraron una excelsa goleada del Rey de Copas, se permitieron soñar con la Copa de la Liga y, además, se acordaron del vecino. ¡Así si da gusto verte, Rojo!
