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Muerto el perro, ¿muerta la rabia?

Se terminó el ciclo Borghi, la ultima apuesta a la lírica del club. La anterior había sido la del flaco Menotti, en el año del centenario, y culminó también a mitad del torneo dejando un equipo destruido anímica y físicamente.

Entre estos dos técnicos, a los cuales es muy lindo escuchar hablando de fútbol, pasaron Falcioni, Burruchaga y Troglio, estos dos últimos con la misma base con la que se termina este ciclo. A todos les fue mal.

Ojo, no seamos extremistas, ninguno es un traidor a la patria ni hay que colgarlos del trampolín de la pileta olímpica, Borghi no se tiene que exiliar en Chile. Simplemente no les fue en sus trabajos como todos esperábamos y se tuvieron que ir, nada más. ¿Eran o son los únicos culpables, o responsables? Esta clarísimo que no. Los jugadores y la dirigencia, que los trae, también lo son.

Salvo excepciones, hace rato se viene comprando mal. Tampoco seamos extremistas en esto, hay casos en los que se tuvo mala suerte. Además debemos recordar lo que paso con Denis y Matheu. Me hago cargo y reconozco que me alegré cuando adquirimos a Machín y Armenteros, por citar sólo dos ejemplos. Pero de los otros, de los que sin ser pesimistas no dábamos un peso, que son del montón y solo sirven de relleno, podemos nombran muchos. Esos jugadores sólo pueden sumar en un equipo de nivel, caso contrario solo relegan futuras promesas.

Esta trilogía de responsables, por supuesto, también la integra el plantel. Porque son ellos los que se ponen la camiseta que tanto queremos y nos hacen sentir que no la merecen. Suelen estar en otra cosa, tienen una lentitud que irrita y forman un conjunto amable, inofensivo, dormido, incapaz de lastimar, que parece dejarse ganar lentamente.

Quizás no tengamos un equipo para salir campeón, pero en nombres, sacando a Boca, River y San Lorenzo, no somos menos que nadie. Sin embargo dentro de la cancha no lo demostramos. Podemos nombrar errores, como lo venimos haciendo, en lo táctico, pero es muy difícil explicar como se puede llegar a jugar tan mal, a que jugadores como el Rolfi (que es lo mejor que tenemos), que apoyó en nombre de todos al técnico en la semana, no de bien un pase. No parece haber un piso en lo anímico y no se encuentra el por qué. No queremos que hablen más, que demuestren el apoyo en la cancha, que es lo que vale.

Al parecer Pepe se hará cargo nuevamente. Ojalá tenga el shampoo adecuado para lavarle la cabeza a este plantel. De corazón le deseo lo mejor y le doy nuevamente las gracias, pase lo que pase (no olvidar esto), por serle tan fiel como los hinchas al club.

Ya mataron a varios perros y la rabia sigue estando. Ahora viene uno que esta vacunado… ¿Nos curará?

Javier Brizuela para Infiernorojo

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