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No fue Independiente

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Más allá del robo en el final, el Rojo no tuvo actitud para ir a buscar los tres puntos. ¡Mirá!

Independiente perdió por un claro robo de Mauro Vigliano y eso está claro, fuera de cualquier discusión. Sin embargo, y como en todos los partidos, hay dos análisis posibles: Uno es el arbitraje, que ya se evaluó de forma sobrada, y el otro es el juego del equipo. El Rojo careció de actitud y de juego para ir a buscar el Clásico y, si bien perdió por un error del colegiado, tampoco mereció ganar.

Es preocupante que un club tan grande como el Diablo carezca de una dirigencia presente en la AFA, pero más lo es que los futbolistas no puedan representar la camiseta en la cancha. El Rey no tuvo ideas ante un equipo que ni siquiera lo fue a buscar, que salió a defenderse como si esperara que el Orgullo Nacional fuera protagonista desde el minuto cero.

El que creció viendo a Independiente de 1995 en adelante, no se siente para nada identificado con lo del sábado. El Rojo fue toda la vida protagonista en los Clásicos, con alguna que otra excepción en la que pudo caer, pero generalmente era el favorito de antemano, y no fallaba. Esta vez, salió temeroso, y no exigió a Gabriel Arias en ningún momento del partido.

Casi como un chiste de mal gusto, es como si se hubieran invertido los roles. Ellos, que siempre le tuvieron miedo a la camiseta roja, salieron un poco más decididos (tampoco arriesgaron de más, pero se los notó más ambiciosos), mientras que los dirigidos esta vez por Omar Piccoli fueron a especular. Apenas un mano a mano que erró Jonathan Menéndez preocupó un poco a Arias, que tampoco fue al arco, y nada más.

En los datos, que reflejan fielmente el desarrollo del cotejo, el Rey de Copas nunca pateó al arco. Apenas tuvo ocho intentos, de los cuales todos se fueron desviados, mientras que el rival tuvo 16 y en dos oportunidades la pelota tuvo destino de gol. El local ganó hasta en posesión, y dio más pases con más porcentaje de éxito en los mismos. En pocas palabras, Racing superó en las estadísticas al Rojo, algo que se notó sobre todo en el complemento.

Esto no significa que haya que dejar de reclamar por los malos arbitrajes, algo totalmente válido. El Diablo perdió por un error arbitral y eso nada lo va a cambiar. No obstante, es inadmisible que el equipo salga a jugar con tanta liviandad, sobre todo en un Clásico. Más allá de las quejas de los jugadores, no hay mayor verdad que la realidad, la cual responsabiliza pura y exclusivamente a ellos: En el campo de juego, Independiente no fue Independiente.

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