Una nueva muestra de que Gastón Silva juega mejor de zaguero.
El partido contra Huracán fue el enésimo ejemplo de que Gastón Silva pide a gritos jugar como segundo marcador central y Juan Sánchez Miño -de bajísimo rendimiento- como lateral izquierdo. El uruguayo es de los mejores del equipo cada vez que lo ponen en el centro, pero sobre la raya su tarea se vuelve sumamente compleja.
Cuando Silva parte desde el costado, con la necesidad de hacer la banda, pierde en los retrocesos y tampoco es del todo punzante en ataque. Contra el Globo pudo pasar más de lo habitual, pero tampoco es un armador nato de sociedades y se disipa su principal virtud que es anticipar, marcar y relevar.
Como si fuera poco, Alexander Barboza juega peor a cada partido. Le pone muchísimo empeño y carácter, va muy bien de arriba, pero los rivales saben que si buscan la zona de Barboza con pelotas profundas, cualquier delantero ágil le gana la cuerda. Seguramente necesite que los mediocampistas interrumpan esos balones filtrados previamente, pero la realidad es que Independiente sufre mucho más con él en la cancha.
Por eso, Pusineri regresaría a la defensa tradicional frente a Central Córdoba. Fabricio Bustos y Sánchez Miño por los costados, con Alan Franco y Silva por el medio. Ir a lo seguro, para tener bases sólidas que le den firmeza al equipo.
