Cuando llegó Lucas Pusineri, la dirigencia vendió futbolistas y nunca incorporó para suplir aquellas salidas. ¡Qué no vuelva a suceder!
Una de las cuestiones que más preocupan en Independiente, asuma quién asuma, es el tema del plantel. Si bien el que llegue lo hará a sabiendas del grupo con el que cuenta el Rojo, probablemente no se espere que se acorte aún más y, en caso de que así sea, que al menos tapen aquellas ausencias con otros refuerzos.
Es lo que le sucedió a Lucas Pusineri cuando llegó en diciembre de 2019. Al mes siguiente, futbolistas como Nicolás Figal, Nicolás Domingo, Sebastián Palacios y Cristian Chávez se fueron, algunos por venta y otros por préstamos. El por entonces entrenador pidió expresamente que la dirigencia sustente aquellas salidas, pero esto no fue así.
Luego, durante la cuarentena, se fueron otros como Cecilio Domínguez, Gastón Silva, Juan Sánchez Miño, Martín Campaña y Leandro Fernández, y llegaron Federico Martínez, Sebastián Sosa, Lucas Rodríguez y Ezequiel Muñoz, de los cuales el último aun se está recuperando. Ante el éxodo enorme de futbolistas y la poca cantidad de variantes, Pusineri se vio obligado a confiar en los juveniles, de los cuales con algunos le salió bien y con otros no tanto.
Seguramente el que llegue será Julio César Falcioni, pero así haya un giro de 180 grados y finalmente llegue Hernán Crespo como estaba estipulado en un principio, que la dirigencia realmente escuche al cuerpo técnico y no vuelva a cometer las mismas locuras que en 2020, donde se fueron futbolistas de forma indiscriminada y apenas pudieron incorporar refuerzos. Que el entrenador que asuma pueda trabajar de forma correcta.
