Una falta de resto tras otra. ¡No pueden ser permitidas!
Los futbolistas están en todo su derecho de reclamar que los salarios y premios se abonen en tiempo y forma. Como cualquier trabajador que rubrica un contrato y pretende que sea cumplido, los jugadores también merecen que sus sueldos sean acreditados, más allá del monto.
Pero esos mismos contratos por los cuales protestaron, tienen una contraprestación que ellos deben ejecutar. En Independiente hay varios jugadores que faltaron a faltan a su labor principal. Hacen lo que quieren y se olvidan del escudo que portan en el pecho.
Se entienden todas las vicisitudes y los deportistas no son robots automatizados. Podrán estar disgustados por la realidad económica, deportiva o social del club; podrán sentirse enojados o contrariados por la necesidad de cambiar de aire, podrán pretender una venta para mejorar su pasar, pero no por eso dejar de trabajar.
¿Cómo van a ausentarse a entrenamientos o tapar una cámara?, ¿cualquiera se queda unos días más en su país sabiendo que tendrá 15 días de aislamento obligatorio que le impedirá practicar con normalidad? Ni hablar de reunirse por un lado con los dirigentes y negociar por el otro con otro equipo.
¿Los dirigentes no lo ven? No puede permitir que se le falte el respeto a la institución, al DT y su cuerpo técnico, a la gente del Rojo. En cualquier otro trabajo son sancionados aquellos que no cumplen con sus tareas; ¿por qué en el club esto pasa como si nada? La comisión tendrá que tomar cartas en el asunto porque el efecto dominó arrancó con Gastón Silva y aún no frenó.
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