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No todo está dicho

¿Qué te hicieron mi amor? ¿Cómo pudimos llegar a esto? ¿De verdad existe gente tan mala que no le importó lastimarte siendo que sos una de las cosas más lindas del mundo? Creo que hoy somos muchos los que el viernes nos fuimos a dormir con esas preguntas en la cabeza, con lágrimas en los ojos, pero peor, con la incertidumbre de no saber qué es lo que está por venir y si tanto dolor, puede tener un final feliz.

Creo también, que ya no pasa por el final feliz que todos soñamos tener en julio, los hinchas quieren que esto termine, sea como sea, pero que termine. No se aguanta tanto dolor en el cuerpo, tantas ilusiones rotas, tantas promesas incumplidas. Solo queremos que termine.

Jugar en otra categoría no es el mayor problema, duele, si, y es una mancha que este club no se merece por lo enorme que es, pero a mi entender, el mayor problema es cómo vamos a levantarnos, a ser eso que alguna vez fuimos, a recuperar esa mística y volver a ser el orgullo nacional.

Más allá que el descenso sea lo peor que le puede pasar a un club a nivel futbolístico, la situación que vivimos no se soluciona con uno o dos años en el Nacional, ni tampoco salvarnos y hacer como si nada hubiera pasado, como si todos hubiésemos sido víctimas de un mal chiste. Acá se rompió, se quebró, se lastimó y se perdió. Y eso va a ser difícil de arreglar.

Pero todavía hay algo, yo no me resigno. Nací y crecí teniendo como ejemplo al mejor equipo del mundo, ese que cuando peor se ponían el panorama, sacaba pecho y lograba cosas increíbles.

Independiente es eso. Lo impredecible. Eso que cuando uno piensa que todo lo dirige hacia un lado, pega un volantazo, cambia el rumbo y deja a todos sin palabras. Ese equipo que pudo lograr lo que ningún otro logró,  creo que no hace falta recordar las incontables hazañas.

Por esto mismo ¿Éste es el final? ¿De verdad me van a decir que vamos a perder la categoría porque el camino nos está llevando directo a eso y no se ve una salida posible? NO.

Yo solo pido que se detengan a pensar dos segundos y repasen todo lo que Independiente nos enseñó. Dejen de lado los nombres de estos jugadores que a veces nos hacen sentir que ya se entregaron, no piensen en esos dirigentes que nos robaron, dejen por un rato de pensar en todos los que nos quieren ver destruidos, solo piensen en Independiente, el club que amamos y que más nos necesita.

Tengan fe hasta el último respiro.

Acuérdense que no todo está dicho cuando se habla de Independiente.

Solo recuerden que el final está cerca y que el volantazo todavía se puede dar.

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