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No todo está perdido

rolfi montenegro

De la cumbre al ostracismo. De lo apolíneo a lo dionisiaco. Del fulgor a la opacidad. Este Independiente fecha tras fecha se empecina en protagonizar todo tipo de vaivenes. Su campeonato fluctúa entre inmensas alegrías y furibundas decepciones. No hay término medio. Todo es una dicotomía bastante peculiar.

Existe un problema medular, sustancial, si a este equipo se lo comparase con un boxeador bien se podría aseverar que tiene la mandíbula de cristal. Quizás sea este Independiente una metáfora de la vida del genial Mono Gatica. Al menos, comparten, cada uno en su tiempo, un extraño potencial. A su vez, coinciden en no poder exprimir el jugo de su capacidad. El Rojo mata o se suicida. Noquea o le llenan la cara de dedos. En fin, Independiente (versión 2009), al igual que el Mono, tiene un andar imprevisible. Ciertamente que desorienta, eso sí: siempre brinda espectáculo, para el futbolero tipo, claro está.

Descripto el panorama, es sano advertir: ¡Que el árbol no nos tape el bosque! Pues el futuro inmediato no es tan desolador como lo imaginan muchos hinchas henchidos de rabia. Montenegro, Pusineri, Mancuello Assmann y Rios, los cinco referentes futbolísticos del Tolo team, invitan a soñar con un futuro acorde con nuestra historia. Se los discute, sin embargo, cualquiera de ellos se puede calzar, sin ninguna dificultad, la casaca de cualquier otro grande del país. Si bien es cierto que el uno tiene muchas probabilidades de emigrar, también lo es que con Gabbarini, Rodriguez y Navarro, el puesto está más que resguardado.

Equivocadamente, a varios jugadores se los pone bajo la lupa ¿Acaso es culpable Leonel Rios, que no sólo juega, sino que corre por el resto de sus compañeros? ¿Es responsable Montenegro de las falencias defensivas de Rodriguez y Mareque? En consecuencia, la crítica debe ser fundamentada. Algunos dirán que el Rolfi no aparece en los encuentros trascendentales. Verdad a medias. La única certeza es que Montenegro es el mejor del equipo, jugador de selección y uno de los pocos con poder de reventa. Además, si jugara de manera excelente todos los encuentros seguramente ya estaría en el plantel del Manchester o del Real. No exijamos utopías.

En este 2009 las cartas ya fueron echadas e Independiente se derrumbó como un castillo de naipes. Pero a no confundirse. Por enésima vez en la última década, la mitad del campeonato será de transición. Ahora deberemos ser más cautos. El primer deber del Tolo en el armado del nuevo equipo será recuperar a aquellos futbolistas potencialmente debilitados, caso Leonel -ex gordo-Nuñez.

Junio de 2007, Germán Denis se iba silbado, abucheado del Cilindro de Avellaneda. El destrato infaustamente bajaba de nuestras tribunas. Seis meses más tarde entre abrazos y gritos se divisó una bandera que le pedía perdón. Claro, sus 18 conquistas le sirvieron de derecho a réplica. Por eso, no nos apresuremos. Antecedentes abundan. Quizás, en una de esas, el Tolo puede hacer algo. No todo está perdido.

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