Lejos de parecerse a la Selección brasileña pero con un rendimiento parejo en todas sus líneas, Independiente venció por 1-0 a San Lorenzo y cerró su participación en el Torneo de Verano con una sonrisa. Daniel Montenegro marcó el gol del triunfo y fue la figura de un equipo que además contó con el muy buen debut de Leandro Depetris.
Tras la dura derrota ante los suplentes de Boca Juniors, Miguel Angel Santoro decidió cambiar nombres y esquema (volvió al 4-4-2) para este partido, ambas decisiones que a la postre fueron acertadas ya que el nivel del “Rojo” mejoró bastante: no se descompensó casi nunca, armó buenos circuitos de juego, estuvo muy concentrado y se mantuvo ordenado los 90 minutos.
Fabián Assmann respondió muy bien cada vez que lo llamaron y Eduardo Tuzzio, esta vez de cuatro, jugó de manera correcta: marcó bien por su sector y, sobre todo en el primer tiempo, subió con criterio. Lo de los centrales Emmannuel Bocchino y Guillermo Rodríguez también fue sobrio, en tanto que Lucas Mareque estuvo enchufado y aportó arriba, aunque un par de veces perdió a sus espaldas.
En el medio, el doble cinco formado entre Sergio Vittor (¡cómo mete!) y Lucas Pusineri neutralizó la mayoría de los avances de un San Lorenzo que fue muy tibio y lo de Hernán Fredes, más que nada en la última parte de la etapa inicial, fue productivo.
Párrafo aparte para Leandro Depetris. El hincha de Independiente estaba ansioso por verlo en acción una vez más luego de observar movimientos y goles suyos sólo por YouTube, y el “Tano” respondió con creces: demostró que es habilidoso, rápido, picante y que le gusta encarar para adelante. Grata aparición la del volante, quien ingresó como titular a último momento en lugar de Darío Gandín.
Otro que se merece una mención especial es Daniel Montenegro. Bien adelantado, como punta, el “Rolfi” se mostró incisivo y peligroso toda la noche, a tal punto que convirtió el único gol del encuentro con un potente disparo que ya había ensayado dos veces antes y no habían tenido destino de red. Se lo notó con muchas ganas y bien acompañado por Ismael Sosa, quien por fin tuvo una buena actuación luego de varios partidos peleado con la pelota.
También fue positivo el ingreso de Patricio Rodríguez, quien cuando entra desde el banco le da una inyección de aire fresco al equipo. Ojo, igual hay que reconocer que se nota la falta de un “9” bien de área, ya que varias veces “Rolfi” y “Chuco”, o algunos de sus compañeros, llegaron a desbordar por los costados pero nunca encontraron una referencia en la zona custodiada por la defensa azulgrana.
De esta manera, sin deslumbrar pero haciéndolo bien y ganando de manera merecida, Independiente finalizó su participación en el pentagonal estival con 7 unidades y puede ser campeón si se dan un par de resultados, aunque eso es lo que menos importa. La mira está puesta sin dudas en el 8 de febrero, cuando arranque la hora de la verdad ante Vélez. Todavía al equipo le falta, aunque se nota que material hay. Tres refuerzos de valía y más sacrificio de los que ya están pueden ser la cura a la anemía de alegrías que vive la parte roja de Avellaneda…
