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Orgullo nacional

festejo

Aunque sufrió más de la cuenta, Independiente igualó sin goles ante Deportes Tolima y avanzó a las semifinales de la Copa Sudamericana, siendo además el único equipo argentino en seguir con vida en la competición. Al Rojo le alcanzó con el empate 2-2 conseguido la semana pasada en Ibagué. El Cilindro estalló…

El primer tiempo de Independiente no fue bueno. El Turco había manifestado que la intención era liquidar la serie en los primeros 45 minutos pero su equipo, si bien pudo haber marcado, también estuvo cerca de irse abajo en el marcador. Al final, el 0-0 le cayó bien al local.

El Rojo arrancó nervioso, inconexo, y Tolima lo aprovechó para manejar el balón en campo contrario. Igualmente, el Rojo fue el primero que arrimó peligro con un remate de Patricio Rodríguez que pasó cerca del travesaño, pero la visita respondió y con mucho más riesgo: tiro libre de Rodrigo Marangoni al ángulo que encontró una espectacular reacción de Hilario.

Cerca de los 20, comenzó a levantar el Rojo y vivió su mejor momento en la etapa inicial, coqueteando con el gol en dos oportunidades: primero Facundo Parra se escapó y tiró un centro que nadie llegó a conectar y luego Leonel Galeano estrelló un cabezazo en el travesaño.

Pero Tolima también estuvo cerca: Carlos Amarilla le anuló un gol por falta a Hilario, Wilder Medina aprovechó un mal pase de Hernán Fredes y reventó las manos del arquero desde lejos y Aguirre no llegó a definir cuando tenía el arco a su merced para ajusticiar al correntino.

Sobre el cierre, cuando el empte era negocio, casi moja Independiente pero la fortuna no estuvo de su lado. Silva demoró en sacar la pelota tras un pase atrás y Patito lo apuró. El balón le rebotó y parecía que tenía destino de arco, pero se abrió cerca de la línea y se fue afuera. Una pena.

El segundo tiempo fue un parto.
Deportes Tolima se mandó con todo en busca del gol que le otorgaba el boleto a la siguiente instancia e Independiente, cansado, se tiró atrás, muy cerca de su arco. Y pese a que la visita no llegó a tener ninguna acción clara de gol más que un remate de Vallejo que se fue cerca, dio siempre la impresión de estar cerca de marcar.

Sin embargo, pese a que faltó juego y puntería, sobre todo en la primera mitad, el Rojo puso una actitud enorme, se defendió bien y se quedó con el festejadísimo empate que lo mete entre los cuatro mejores de un certamen internacional después de 15 años. El Rey de Copas está vivo, acá, en Avellaneda. Y que se venga la Liga nomás…

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