Seguimos haciendo las cosas mal. A poco más de dos semanas para el inicio del Torneo Clausura, el único refuerzo de un plantel que terminó antepenúltimo el pasado certamen es un defensor de 34 años que fue capitán del equipo que finalizó último, sumado a que las promesas de volver a casa quedaron sólo en palabras y nuevamente vamos a tener que seguir dando vueltas, vaya a saber uno por cuánto tiempo…
Cuando terminó el anterior campeonato, en el que la labor del plantel fue paupérrima, se esperaba una profunda limpieza. Para colmo, reforzando esta idea, Julio Comparada reconoció en plena época de elecciones su deuda futbolística y prometió, de una vez por todas, apuntar a jerarquizar el plantel “con cuatro jugadores que lleguen y sean titulares”. Pero…
Después, se creó el Consejo de Fútbol, previo coqueteo con Fernando Redondo, con Luis Islas a la cabeza, y se armó una lista de posibles incorporaciones que tuvo (y tiene) de todo: Roberto Ayala, Hernán Bernardello, Nicolás Spolli, Germán Ré, Cristian Fabbiani, Federico Insúa, Damián Escudero, Gary Medel, Mariano Pavone… ¿Quiénes llegaron de todos ellos? NINGUNO.
Es evidente que el equipo tiene carencias que las únicas cuatro incorporaciones que permite el reglamento a esta altura de la temporada no pueden solucionar, pero hay tres puntos que, si se apunta a pelear en serio arriba, hay que mejorar sí o sí: la defensa, la contención en el medio y la definición arriba.
Pero como viene sucediendo en Independiente desde hace tiempo, falta algo en los dirigentes “rojos” para de una vez por todas armar un equipo con aspiraciones, tal como lo hace, por ejemplo, San Lorenzo. Se nombró a Insúa pero nunca se lo llamó, se negoció con Medel durante semanas y todo quedó en la nada, a Pavone lo fueron a buscar pero Betis no lo quiere largar y además está lesionado y así podríamos seguir hablando y hablando de fiascos, de negociaciones truncas, algo que hoy parece la especialidad de la casa.
De esta manera, con planteles con poca jerarquía, se sigue rifando la historia, se continúa quemando técnicos que incluso son ídolos del club, se desvalorizan los pocos jugadores de categoría que hay y se arruina a los pibes que asoman de Inferiores. En fin, sin armar por fin un equipo en serio se sigue en banda negativa.
Salvo honrosas excepciones, como Daniel Montenegro, Germán Denis, Leandro Gioda o Leonel Núñez, los jugadores que arribaron al club en los últimos tiempos fueron, algunos más otros menos, un fracaso. Unos llegaron rotos, otros tras un largo período de inactividad, algunos de ser suplentes en equipos de menor monta… sin dudas la deuda futbolística de la que tanto habló Comparada es cierta y parece que sigue en franco aumento.
