Ayudado por el árbitro, Unión empató el encuentro, pero ya es la tercera vez que le pasa a Independiente en este torneo.
Al Rojo lo perjudicaron y no quedan dudas, pero el análisis futbolístico y anímico vuelve a dar saldo negativo. Ganaba 2-0 y la expulsión de Fabricio Bustos a los 33′ del primer tiempo lo obligó a aguantar sesenta minutos con un jugador menos. Con el correr del encuentro, el equipo de Fernando Berón se fue replegando más y más, hasta quedar parado en 30 metros.
El Tatengue tuvo acciones para descontar durante todo el complemento, pero llegó al 1-2 por el penal inventado que Walter Bou cambió por gol. El 2-2 agónico lo metió Nicolás Mazzola de cabeza, sin marca, en la última acción del partido. ¡Un pecado de todo Independiente!
El conjunto de Avellaneda ya fue víctima de sus propias presiones en la fecha 6, ante Lanús. También iba 2-0, con dos tantos de Silvio Romero y el Granate lo igualó en seis minutos. Primero con un tiro libre bajo de Lautaro Valenti y después con un rebote que tomó José Sand adentro del área. Aquella noche, el Libertadores de América rugió y despidió al equipo con silbidos y abucheos.
Dos jornadas más tarde, nuevamente en el LdA, el Rey de Copas recibió a Talleres de Córdoba y logró los tres puntos, pero para eso tuvo que sufrir. Figurita repetida: 2-0, con goles de Cecilio Domínguez y Juan Sánchez Miño, pero la T lo igualó mediante Nahuel Tenaglia de cabeza y Lucas Godoy, después de un error de Martín Campaña. ¡Justo apareció Nicolás Figal para meterl 3-2 y apagar el incendio!
¡Mandíbula floja! Este equipo debe trabajar mucho en la confianza, el temple y la capacidad para cerrar los partidos; más aún, cuando los fallos arbitrales juegan en contra.
