El ex delantero de Independiente recordó la histórica final en Córdoba a 43 años de lo que fue una verdadera epopeya.
El 25 de enero de 1978, Independiente fue contra todo pronóstico, se sobrepuso a la injusticia arbitral y se llevó un título que quedará por siempre en la historia grande del club como una de las máximas hazañas futboleras. Norberto Outes, delantero de aquel equipo, deslizó: “Tomábamos natural jugar esa clase de partidos, porque así era la postura del equipo. Fuimos relajados en el viaje, y cuando llegamos a Córdoba, la cosa se puso fea”.
Una vez que Roberto Barreiro expulsó a Enzo Trossero, Rubén Galván y Omar Larrosa, el atacante tuvo que bajar a la línea del fondo. Sobre aquellos minutos finales, contó: “Me dieron la cinta de capitán y me mandaron a jugar de central. Yo les decía a mis compañeros que se tranquilicen porque nos iban a seguir echando jugadores”. Y amplió: “Desde la zaga central solo se veían camisetas rayadas y nos la jugamos. Los ocho que estábamos en cancha atacábamos. Había que ir a todo o nada, no quedaba otra”.
Luego de que el referí pitara el final, el ex futbolista del Rey de Copas recordó: “Después del partido, al árbitro le dijimos de todo. La hinchada de Talleres nos aplaudió cuando dimos la vuelta olímpica, reconociendo cómo habíamos ganado el título“. Y siguió: “Roberto Saporiti era el entrenador de ellos y nos vino a felicitar al vestuario después de haberles ganado la final”.
Finalmente, en diálogo con Muy Independiente, Outes criticó el trato de la dirigencia con los ex jugadores del Rojo: “Vos te pones a mirar a los otros clubes grandes y ves que el trato es muy distinto. Antonio Alzamendi no conoce el Libertadores de América, y uno ve que en River le agradecen, le mandan camisetas”. Y cerró: “A mí no me interesa la foto, solamente una silla para sentarme a ver los partidos de Independiente. El último reconocimiento fue en La Doble Visera y fue una emoción muy fuerte, porque miraba los arcos y me acordaba de algunos goles“.