Independiente ganó, pero el equipo mostró la contracara en el complemento de lo que fue en el primer tiempo.
El Rojo terminó ajustado y pidiendo la hora. Venció por 2 a 1 a Newell´s en Rosario por la cuarta fecha de la Copa de la Liga Profesional. Podría haberlo liquidado y ganar con tranquilidad. Sin embargo, prefirió tirarse atrás y volver a ser un equipo con dudas.
Totalmente innecesario bajar el ritmo y volver retrasarse en la cancha. Así terminó Independiente el partido. Jugó el mejor primer tiempo de la era Falcioni, pero en el segundo optó por volver a mostrar una imagen similar a la de la primera fecha frente a Lanús.
¿Por qué esta postura? No se entiende. En los primeros 45 minutos, se vio un Independiente duro, seguro, que lastimaba a la defensa rosarina con mucha gente en el área. Movilidad, dinámica y estabilidad en el mediocampo. Bueno, todo esto se fue diluyendo en el complemento.
En los últimos 45 minutos, el equipo se tiró muy atrás nuevamente. Comenzó a sufrir y a padecer el posicionamiento. Sin ideas, ni claridad. Parecía un “deja vu” de lo que fue el partido contra Lanús en la primera fecha.
Será cuestión de trabajar para mantener el funcionamiento y las ganas de pasar por arriba al rival en los noventa minutos, no solo en la primera etapa. De igual manera, cabe insistir con este concepto: no había necesidad de padecer un encuentro por falta de actitud y así lo fue.
