Independiente ganó 1-0 en el inicio de la Copa Sudamericana, en un partido lleno de pifias, errores y tensión. Pudo haberlo perdido, de no ser por las fallas de Fortaleza abajo del arco; pero se terminó llevando la ida con un gol de Leandro Fernández.
Fue un respiro. Tomó aire y siguió caminando. Como pudo, como supo, con lo que le salió, Independiente logró una victoria mucho más importante desde lo anímico que desde lo futbolístico. Leandro Fernández fue el autor del 1-0 ante Fortaleza, tras una acción combinada entre Fabricio Bustos y Silvio Romero.
La noche arranco, se desandó y finalizó con calma. Se esperaba un clima aún más candente, pero el público hizo notar su enojo con lo justo y necesario; y luego se dedicó a acompañar en un momento complejo. La verdad es que el Rojo no perdió porque los delanteros de Fortaleza hicieron todo lo posible para dejar el arco de Martín Campaña en cero. Se perdieron un gol atrás de otro y de formas insólitas.
Pero el equipo de Lucas Pusineri tuvo la efectividad justa para llevarse un resultado corto a la vuelta en Brasil. No tuvo grandes destellos de fútbol, fue dominado en tramos de ambos tiempos y también encontró sus ratos de dominio. Parejo, con sobresaltos, desordenado y mareado, pero sacándose un peso de encima: así transitó Independiente un encuentro para empezar a ponerse de pie.
