Independiente logró con mucho sufrimiento la clasificación a los cuartos de final de la Copa Sudamericana. Jugó gran parte del encuentro con un jugador más, pero terminó mal todos los ataques. La diferencia mínima la marcó en Avellaneda y en Paraguay logró mantenerla.
Partido de Copa. Trabado. Reñido. Rebuscado. Impreciso. Muy disputado. Y por el gol de Juan Manuel Trejo en el Libertadores de América, Independiente logró el tan ansiado pase a cuartos de final. Gran rendimiento de la línea defensiva. No así de los encargados de atacar.
Mucha imprecisión para definir la serie. Mucha imprecisión para definir cada aproximación al área rival. Mucha imprecisión en la pelota parada. Independiente no aprovechó nada de todo lo que tuvo para liquidar la eliminatoria.
En el primer tiempo el encuentro fue parejo. Los de Mauricio Pellegrino tenían la idea fija de quitarle ritmo al juego. Cuando tuvieron la pelota tocaron mucho y atacaron poco. Olimpia pecó de ser directo en sus ataques. Con la expulsión de Aranda a los 37 minutos, todo cambió.
Independiente comenzó a encontrar muchos espacios e incluso puso más gente en ataque, pero paradójicamente eligió siempre mal. Martín Benítez, Juan Manuel Trejo y Jorge Ortiz no estuvieron finos para asistir a Diego Vera. Cristian Rodríguez no tuvo un buen partido. Es más, el Cebolla tuvo en sus pies la jugada más clara y definió mal.
Así fueron pasando los minutos, el Rojo no remataba la serie y dejaba con vida a Olimpia. Por eso, los de Pellegrino debieron sufrir hasta el último minuto para mantener el cero y, en definitiva, el pase a cuartos de final.
Independiente pasó la serie tal como lo hizo ante Arsenal. Empatando de visitante y ganando de local. Solamente un gol lo separó de su rival, aunque ante Olimpia la supremacía en el juego fue claramente a favor del Rojo. Ahora, se viene Independiente Santa Fe, el escollo para alcanzar las semifinales y seguir camino al objetivo.
