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Pelota de tiento

rojo96

Salió del túnel, alzó la cabeza y advirtió que justo enfrente suyo estaba la tribuna Alta Cordero. En ese momento, no hizo más que observar cada una de las esquinas. Le extrañaba la fisonomía de ese estadio tan mentado. Le extrañaba habitar esa inusual obra arquitectónica. Allí fue cuando la memoria selectiva del Flaco impulsó un regocijo inclaudicable… Como si fuese un sueño recordó que, alguna vez, Di Stefano, Pelé,  Bochini, Cruyff y Maradona habían estado en ese mismo lugar. Frenó su marcha y blanqueó su mente. Supo, entonces, que la historia le estiraba una mano. César Luis Menotti no titubeó y definitivamente estrechó la suya.

Aquel 4 de setiembre de 1996 se jugaba la segunda fecha del Clausura e Independiente recibía a Newell’s. Era la primera vez que Menotti entraba a la Doble Visera como técnico del Rey de Copas. El recibimiento fue cálido, es que recién comenzaba a gestarse esa afinidad de paladares compartidos. Nadie hubiese imaginado que allí nacería una relación entrañable de goles y buen gusto.

Una semana atrás el Rojo goleó 3 a 0 a Ferro, en Caballito. Y ahora, Menotti, debía rendir– justo con el rival de toda la vida– uno de los exámenes más capciosos de su carrera. La experiencia suele gestar un plafón de serenidad, se sabe; sin embargo, el Flaco no atinaba a cesar su rutina fumadora. Dicen que estaba preocupado y ansioso, a la vez. Eso sí, cuando vio a la figura de Jorge Burruchaga, con la cinta de capitán y la diez en su espalda, se percató de que el destino le había guiñado un ojo. Y así fue.

En un encuentro en el que el paso del tiempo se encargó de teñirlo de ribetes interesantes, Independiente aplastó por 4 a 0 a Newell’s con dos goles y una actuación admirable de Burruchaga, quien a decir verdad estuvo a la altura de su magnificencia. En la primera parte, el Rojo madrugó a los rosarinos y ya a los 11 minutos se encontraba en ventaja 2-0, con tantos de Matute Morales y Panchito Guerrero. Después, toqueteó, utilizó todos los sectores del campo y estiró la agonía de los de Mario Zanabria

En el complemento, los interpretes de la idea de Menotti entendieron que el autentico fútbol se juega con voracidad ofensiva y estética en la gestación del juego. Por eso, arremetieron con todo. Fue así como un otoñal pero vigente Jorge Burruchaga, de 34 años, marcó diferencias en el ataque y las capitalizó con dos goles.  4-0 lapidario para Newell´s. Tiempo después las vueltas del planeta fútbol harían que tres victimas de esa tarde pasaran a defender los colores del Rojo de Avellaneda. Hernán Franco, Bruno Marioni y Damián Manso, se quitaron la rojinegra para calzarse la inmaculada roja bermellón. A los tres meses Independiente culminaría escolta de River en ese Apertura, aunque en varios momentos logró dibujar una mueca en cada uno de los fieles…

Como si todo fuese un sueño o, tal vez, un presagio de lo que sucedería, Menotti y el Rojo se dieron un apretón de manos. Aquel miércoles, también, la entrañable Doble Visera no dudó en cobijar a otro visitante ilustre. Antes, a simple vista, le parecía una extraña obra arquitectónica. Ahora, en cambio, ya comprendía por qué fue, es y será el verdadero templo de nuestro fútbol.

Síntesis del partido

4-9-96. 2da Fecha del Apertura. Doble Visera.

Independiente 4: Faryd Mondragón; Jorge Martínez, Pablo Rotchen, Claudio Arzeno; Christian Díaz; Roberto Acuña; Alfredo Cascini; Nuno Molina; Jorge Burruchaga; Ángel Morales y Francisco Guerrero. DT: César Luis Menotti.

Newell´s: Rolando Cristante, Julio Saldaña, Walter Samuel, Diego Crosa, Daniel Fagian; Claudio París, Hernán Franco, Alfredo Berti, Mariano Dalla Libera; Damián Manso y Osvaldo Canobbio. DT: Mario Zanabria.

Árbitro: Aníbal Hay.

Goles: 5’ Morales, 11’ Guerrero, 56’ Burruchaga (penal) y a los 83’Burruchaga.

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