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Pelota de tiento: La final del 94

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En esta segunda entrega de la columna, que evoca partidos históricos entre Independiente y su rival de turno, la historia nos sitúa en la final del Clausura 94 ante el Huracán de Héctor Cúper. Aquella tarde, los de Brindisi desplegaron un fútbol lujoso y contundente: 4-0. Tras cinco años de privaciones el Rojo volvía a dar cátedra. Un equipo fabuloso.

“Loco quedate tranquilo que hoy se comen cuatro”. No dudaba, tampoco bromeaba, ni mucho menos hacía alarde… la expresión, propiedad intelectual de un tal Daniel Bertoni, intempestivamente embistió a un distraído René Houseman. Lejos estaba de querer polemizar Bertoni. Su actitud no era patoteril; pero el tono de su voz hablaba por sí solo.

Ambos, aquel 28 de agosto de 1994, esperaban ansiosos desde la Visera el comienzo del gran choque: Independiente- Huracán, la final del campeonato. A minutos de la salida de los equipos y ante la insistencia periodística, Bertoni paró la bola, vaticinó el presentimiento y comenzó a ganar el partido desde la previa. Pues así lo percibió Houseman, abrumado y dubitativo, que no atinó a replicarle.

El Rojo, comandado por Miguel Brindisi (24 puntos), recibía en una caldera efervescente al timorato Huracán de Héctor Cúper (25), en un encuentro perteneciente a la última fecha del Clausura 94. Curiosamente ambos conjuntos llegaban peleando el torneo. Se daba así una final no planificada por la AFA sino por las vicisitudes del destino futbolero. Con una salvedad: para salir campeón al Globo un empate le alcanzaba; en contrapartida, el Rey de Copas tenía la imperiosa necesidad de conseguir los dos puntos.

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Bajo la atenta mirada de 50 mil almas rojas, el arranque del encuentro simplemente era una continuidad de lo que el Rojo venía mostrando en la parte final del Torneo (4- 0 a Banfield, 1-1 con Boca y 5 a 1 ante el Lobo, en la Plata). Independiente con fútbol en todas sus líneas atacaba por doquier. Huracán, en tanto, se cubría cómo podía, pero las manos venían de todos lados. Y el Diablo no tardó en asestar su mejor golpe: a los 18, tras un desborde y centro bajo de López, Rambert abrió la cuenta para depositar más goles. Seis minutos después, un tiro libre eximio de Garnero rindió tributo a los hombres que han quedado inmortalizados en los sectores de la Doble Visera. El rival ya estaba groggy, pero vendrían más…

En el complemento once endemoniados reavivaron el incendio del Globo. Mientras Islas se aburría, Rios tomaba la lanza y se proyectaba; en el medio, Cagna, eficaz, auxiliaba y asistía. En la delantera cinco artistas en un alto nivel de inspiración: los pinceles frenéticos de López y Rambert consustanciados con el panorama de Garnero. La cumbia de un Negro Usuriaga inspirado. Y, por último, la precisión en la partitura de un viejo Tigre Gareca(36). Luego, Couceiro en contra y Gareca, a los 56 y 85 respectivamente, cerraron la cuenta.

Aquella tarde el Orgullo Nacional abolió un precepto cauteloso y mediocre; y a la vez enseñó un camino: La final no sólo se gana sino que también se juega. Una filosofía de vida tan inusual como valiente. Así, después de mucho tiempo, el fútbol volvía a salir campeón. “Independiente aplastó a Huracán con un fútbol pujante y  armónico, estilizado y contundente (…) mostró individualidades desequilibrantes y un rendimiento colectivo insuperable”, describió a la perfección la pluma de Juvenal, en “El Gráfico”.

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Loco quedate tranquilo que hoy se comen cuatro”. No dudaba, tampoco bromeaba ni mucho menos hacía alarde… Ricardo Daniel Bertoni intuía una goleada; increíblemente Houseman se percató y huyó despavorido tras el final de la primera etapa. Ocurre que la mística comenzaba a florecer y las viejas glorias ya la palpitaban antes que cualquiera de nosotros.

Síntesis del partido:

28 de agosto de 1994, 19na Fecha, Independiente 4-0 Huracán.

Estadio Doble Visera/Recaudación: $706.113

Goles: 18′ Rambert, 24′ Garnero, 56′ Couceiro(e/c) y Gareca 85′.

Independiente: Islas; Craviotto, Rotchen, Serrizuela, Rios; Cagna, Perico Pérez, Garnero, López; Usuriaga y Rambert. DT: Miguel Ángel Brindisi.

Cambios: A los 58′ Desio x Usuriaga; 69 Gareca x Rambert.

Árbitro: Javier Castrilli (9)

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