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Robo a mano armada

Independiente no pudo volver a la senda del triunfo y sólo empató 2-2 con River. Los goles los convirtieron Fredes y Galeano, mientras que para la visita marcaron Bottinelli y Sánchez. Néstor Pittana tuvo un papel estelar perjudicando ampliamente al Rojo. Habrá que ir a pelear a AFA.

Los del Tolo Gallego arrancaron mejor. El cambio de sistema le dio libertad a Fredes, hizo que Farías tenga más juego y opciones y que Ferreyra recibiera mucho fútbol de parte de su sociedad con Rosales y de saber que por la otra punta también atacaba Santana. Con este panorama, en la primera a fondo se movió el marcador a los 4.

Rosales tomó la pelota, la abrió para Ferreyra que desbordó y en vez de tirar el centro intrascendente de siempre, metió un pase al segundo palo del arco defendido por Vega que poco pudo hacer en la estirada de Fredes para meter la pelota en la red y desatar la locura. Claro está que también entraban Farías y Santana, lo que demuestra que el Rojo se había preparado para ir a buscar el partido.

Con la diferencia a su favor y River siendo un desastre en defensa, con poco juego, Independiente manejó el partido como quiso hasta el empate del visitante. Cuando el local apuraba la última línea millonaria sufría. Tanto es así que pudo haber abierto el marcador en más de una ocasión, aunque la más clara estuvo otra vez en los pies de Fredes. El volante recibió tras una buena combinación dentro del área, pisó, giró y pasaron dos jugadores de largo, aunque en lugar de habilitar a Santana quiso definir él y la pelota se fue al córner.

En el ataque siguiente de River fue Pittana el que mejor hizo la jugada. ¿Cómo? Sí, tal cual. Le regaló un tiro libre muy cerca del área defendida por Hilario Navarro y los de Almeyda no lo dejaron pasar. Iban 21 minutos, y Ponzio cayó sin que nadie lo tocara. El árbitro, que tendrá su espacio estelar, cobró una falta inexistente. El mismo volante la metió casi en el área chica, el uno del Rojo no salió y Bottinelli marcó de cabeza su primer gol con la banda.

Sin quererlo, sin pensarlo y sin buscarlo, River se encontraba con el empate gracias a una pelota parada. Los próximos cinco minutos fueron del conjunto millonario, sobre todo por la velocidad de Villalba y la claridad de Ponzio. Sin embargo, de a poco Independiente volvió a manejar las acciones otra vez con la sociedad de Fredes, Ferreyra, Farías, Rosales y Santana. La otra mala, fue la lesión de Mancuello que lo obligó al Tolo a modificar toda la defensa: Cáceres, Tula, Velázquez y Galeano, improvisado lateral izquierdo.

Independiente pudo haberse ido arriba en el marcador, pero Pittana decidió volver a ganarse los insultos desde la tribuna y no cobró un penal de Bottinelli sobre Farías. Además, Vega dio rebote en un buen desborde de Ferreyra y la pelota coqueteó con el rebote siempre en los pies de los jugadores de River y nunca le cayó a ningún futbolista local. Así se fue el primer tiempo. Aplausos y mucha bronca con el personaje elegido a dedo para impartir ¿justicia?.

El complemento volvió a mostrar más de lo mismo. River se refugió a defender, mal, el empate y el Rojo buscó pero entre la mala fortuna y la carencia de precisión en los últimos metros no podía doblegar el arco de Vega. En una de las más claras Fredes se perdió un gol increíble. La jugada salió bien desde el fondo, por el piso y volvió a caer en los pies de Ferreyra que envió el mismo centro pero esta vez Hernán la tiró por arriba. Acto siguiente, pelota parada para River y a guardar.

Ya estaba Vargas en la cancha. Ponzio sorprendió habilitando a Villalba que con la marca de Farías logró sacar el centro. El colombiano rechazó para la puerta del área y el rebote, cuando no, cayó en los pies de Sánchez que de volea la puso al segundo palo de Hilario. River de manera incomprobable se ponía 2-1. Inexplicablemente.

Parecía otra derrota. Pero el equipo demostró actitud. Lo de Velázquez fue heroico y sus compañeros se acoplaron. Vargas manejó con claridad, Fredes aportaba juego, Ferreyra iba e iba y Farías las peleaba todas. El único tibio, como casi siempre, fue Rosales. Y, de tanto ir, a los 25 minutos luego de un centro de Cáceres, Battión la bajó al área, Vega se vio mano a mano con tres jugadores del Rojo y Galeano desde el piso con una pirueta la embocó para el empate final 2-2.

Los últimos 20 minutos fueron un monólogo. River sólo se acercaba con pelota parada. Almeyda sacó a Villalba y a Mora lo que llevó a que el Rojo se fuera todo a buscar el triunfo. El que no se enteró fue Gallego que en lugar de poner un delantero puso a Monserrat y sacó, increíblemente, a Fredes.

Sobre el final, PIttana no cobró un penal que fue más grande que la Argentina misma. Sí, me quedo corto. Vargas levantó la pelota en el área y González Pires metió la mano. Una lástima porque se pudo haber ganado tranquilamente. Se empató, no sirve, pero suma. En casa hay que ganar y la igualdad quedó chica, el Rojo fue más. A seguir así.

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