La Asamblea de Presupuesto se suspendió luego de que unos violentos ingresaran al recinto y empezaran a arrojar sillas a la Comisión Directiva. ¿Qué no eran barras? Si no lo eran, lo fueron desde ese momento.
Con un clima enrarecido se vivieron las horas previas al inicio de la Asamblea de Presupuesto en Independiente. La sede de Avenida Mitre vallada, como hace más de una semana y la Policía custodiando el ingreso de los socios. Adentro, los empleados de UTEDYC solicitaban el carnet a todos los que quisieran entrar.
Adentro del gimnasio Radrizzani, era un hervidero. Desde un buen rato antes del inicio de la Asamblea que debía tratar, entre otras cosas, el presupuesto para el Ejercicio 2013/2014, la gente cantaba contra Javier Cantero – principalmente – exigiéndole la renuncia a él y a toda la comisión directiva. Gritos, cánticos, pero nada que hiciera prever el caos que luego reinaría.
En un principio todos los insultos fueron para la actual comisión directiva, hasta que uno de los representantes por Nueva Generación Roja, en clara incitación a la violencia, ingresó con una escoba y empezó a arengar a la gente que cantaba en contra de Cantero. En ese mismo instante, los insultos fueron para Julio Comparada y su comisión. Y a partir de ahí, todas las canciones fueron en contra del expresidente y del actual.
Media hora después de lo pautado, luego de que tanto los representantes de Nueva Generación Roja, como los de Lista Roja protestaran por el retraso, llegó la CD encabezada por un prepotente Javier Cantero. El presidente no se preocupó en intentar, desde su lugar, calmar los ánimos que para esa altura ya estaban bastante enardecidos. Llegó altanero, arrojando la carpeta con el Presupuesto sobre la mesa, golpeando el micrófono con fuerza, acomodándose el cuello de su saco y mirando desafiante uno por uno a aquellos que los insultaban. Otros pares de Comisión Directiva, con muchísimo menos tacto y mayor virulencia, invitaban a los socios a bajar y a insultarlos cara a cara, como fue el caso de Néstor Guido.
A los gritos, Cantero inició la Asamblea, anunciado, como se acostumbra protocolarmente, un minuto de silencio por los socios fallecidos en el último año. Algunos socios desde los balcones, que para entonces poco interesados estaban en escuchar el tratamiento del Presupuesto y de preocuparse por costumbres estatutarias, tomaron este gesto como una provocación aún mayor. Peor aún, cuando Pedro Larralde, visiblemente nervioso, comenzó a leer el primer tema a tratar en Asamblea: el aumento de la cuota social, el cual ya se implementó en el sistema de débito automático, incluso antes de su aprobación.
Allí se desmadró todo. Mientras Daniel Seoane, quien encabeza el bloque de representantes de Nueva Generación Roja, intentaba argumentar que así no podía seguir la Asamblea, ingresó corriendo la seguridad privada de Javier Cantero. Detrás de ellos, los socios que empezaron el desastre. ¿Qué no eran parte de la barra brava? Desde ese mismo instante, tuvieron un comportamiento propio de barras violentos. Tomaron cuanta silla u elemento tuvieran a mano y se lo arrojaron a la Comisión Directiva, que tuvo que irse a las corridas a excepción de Juan Manuel Spinelli, presidente de la subcomisión de discapacidad, que por obvios impedimentos de movilidad se quedó custodiado apenas por unos pares de CD como Patricia Villaverde, a quién también invitaron a pelear.
Que renunció, que no, que no está confirmado. Los medios masivos comunicaban que tanto el presidente como el resto de la comisión había dejado su cargo, pero InfiernoRojo pudo averiguar que lejos estaban de eso. Minutos más tarde, lo confirmaría el propio Cantero al asegurar que no dejaría su cargo. La pregunta es obvia: ¿cómo continúa esto? En principio, la Asamblea debe retomarse el martes y, estatutariamente, tiene que ser nuevamente a puertas abiertas para los socios. Deberá intervenir el estado provincial para garantizar la seguridad de la misma e impedir una posible intervención de personas jurídicas. Parece que, incluso después del partido con San Lorenzo y Colón, Independiente sigue descendiendo todos los días.
