Independiente consiguió ganar con dos goles de pelota parada, la especialidad de Estudiantes. Los refuerzos le dieron otro semblante a un equipo que mejoró.
Independiente tomó sus armas nuevas e invadió la tierra de la pelota parada. Y para sorpresa de hasta sus propios hinchas, por cómo venía el equipo, conquistó La Plata con dos tiros de esquina y dos cabezazos ante la atenta mirada de la estatua de Carlos Salvador Bilardo en la mismísima cancha de Estudiantes.
De su propia medicina le dio el Rojo de Julio Vaccari al Pincha campeón de Eduardo Domínguez. Todo redondo le salió al fin al conjunto de Avellaneda que tras el levantamiento de las inhibiciones solo recibió hasta ahora buenas noticias, como si un cambio de aire hubiera renovado las energías internas y externas.
De una vez por todas el entrenador pudo sacar a la cancha a sus refuerzos. No a todos, es cierto, porque el transfer de Marco Pellegrino llegó desde Italia recién en la mañana de este lunes y no pudo estar disponible para el partido del domingo. Pero Vaccari puso a los otros tres nuevos y eso pareció generar un envión en el resto del equipo.
Federico Vera, Kevin Lomónaco y Felipe Loyola demostraron porqué fueron elegidos por el DT y en sus debuts marcaron diferencias sobre el césped. A los dos minutos nomás, Vera agarró la lanza y realizó la primera incursión en ataque y ganó un córner, algo que no pasaba desde Fabricio Bustos. Uno de los tantos que tuvo Independiente y que terminaron siendo la vía del triunfo, el primero en la era Vaccari.
El chileno se ubicó como volante interior derecho, pasando así Tata Martínez a la izquierda. El ex Huachipato no necesitó adaptación alguno. Se movió como si hubiera surgido del fútbol argentino. Aplomo para estar siempre bien ubicado, firme para los cortes y acertado en la distribución. Completo. Un estreno auspicioso.
Y Lomónaco hizo uso de su gran estatura para ganar de arriba y sacar ventaja en el 1-0. Fue tras otro córner. Todos ejecutados muy bien por Saltita González, que le dio siempre una rosca a la pelota que hacía caerla al borde del área chica, una zona complicada para el arquero rival porque lo obliga a decidir si arriesgar la salida larga o quedarse bajo los tres palos.
Por los cielos ganó el Diablo. También lo hizo Gabriel Avalos en el segundo tiempo. También de un córner. Al ‘9’ un día se le dio el ansiado gol. No desesperó y le llegó la hora. Hasta eso se le dio a Independiente, que no puede creer como en un par de días encadenó buenas noticias: levantó ls inhibiciones, se estrenaron sus refuerzos, ganó y marcó Avalos.
Había existido antes otro tiro de esquina peligroso de González que alguien bajó de cabeza y le quedó a Vera para rematar. Su tiro salió apenas por arriba del travesaño. Sin dudas, fue una búsqueda la del Rojo. Hizo de la especialidad de la casa su herramienta más efectiva. In your face, Estudiantes. Un Rey en trono ajeno.