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Rosario, un antro de delincuencia

robario

Lamentablemente, desde hace un tiempo Rosario se ha convertido en un ciudad no grata para el público de Independiente, sobre todo por los actos de violencia, robos y vejamenes que sufre nuestra parcialidad cada vez que se enfrentan tanto con los leprosos como contra los canallas. Más de una veintena de autos y camionetas fueron destrozadas y robadas en las inmediaciones de la cancha y a pocos metros de donde estaba la policáa, que también contribuye con su maltrato.

Para que tengan una clara idea de su comportamiento, les doy un ejemplo con el siguiente diálogo antes de entrar  a la cancha. Un jefe policial en la entrada me dice: ¡Muéstreme el bolso! Les respondo: ¡cómo no! Permítame que les muestre, son todos chupetines y mi traje de Diablo.
– Usted no puede entrar con todo eso, qué ¿va a vender los chupetines?
– Por supuesto que no, yo los regalo.
– ¿No me va a decir que usted les va a regalar 4 mil chupetines a la gente?
– Por supuesto lo hago en todas las canchas de la Argentina, soy un personaje muy conocido, no sólo aquí, sino en el mundo, oficial, yo contribuyo un poco con el espectáculo, y estoy siempre contra la violencia, ademas soy periodista. (Mientras tanto la gente que entraba le decáa quién era yo y qué representaba para ellos, haciéndole caso omiso a estos comentarios)
– Igual no puede entrar.
-Señor, ¿no puedo hablar con ningún superior? La dirigencia me conoce.

En ese momento llama por telefono a alguien y le dice: “Acá esta el Diablo de la barra del rojo que quiere entrar con chupetines… ¿Cómo?… ¿Que no puede pasar?

Mientras tanto uno de los policias me dice: “Mirá, hay una orden de la dirigencia de Central que no quiere que pases vestido de Diablo”.

– ¿Cómo puede ser que tomen esa decisión si todos saben quién soy y qué hago?

En eso viene otra vez el jefe policial y me dice con otro tono de voz y a los empujones que no podía entrar con los chupetines porque podía herir a alguien y tampoco con mi disfraz, porque en Central les ordenaron que no me dejaran pasar.

Con toda la bronca me fui hasta la camioneta que es de propiedad del Pato Spalleta, corredor de Fórmula 4, que estaba a metros de la policia que observaba todos los movimientos, y dejamos todo allí.

Cuando salimos encontrábamos en el camino coches con lunetas rotas, con ventanas destrozadas… Y nuestra camioneta totalmente destrozada y saqueada por estos delincuentes rosarinos que nos robaron nuestros celulares, los documentos del coche y personales, dinero, relojes, absolutamente todo y por supuesto toda mi indumentaria de Gran Diablo, y todo a escasos metros de donde estaba la policia, un hecho llamativamente curioso. Pero lo más lamentable es el ridículo argumento de la gente del club Central, que impide el paso a una persona que esta siempre a favor de la no violencia y del espectáculo, y sobre todo de la policia que a los pocos minutos de sacar a la gente del Rojo, hizo salir a la local sin esperar los minutos necesarios para que la gente de Independiente pueda salir tranquila.

Ahora mi pregunta es la siguiente: ¿puede modificar un resultado la presencia de un representante de los hinchas de Independiente?

Con los leprosos la última vez fue también muy salvaje el trato hacia la gente de Independiente, que era robada en el camino, no respetando ni siquiera mujeres y niños. ¡Basta! !Los Hinchas de Independiente estamos cansados de que nos traten así!

Rosario, ¡desde ahora para mí y para los hinchas de Independiente te has convertido en un ciudad nefasta y llena de delincuentes!

!Aguante el Rojo Carajo¡

Por El Gran Diablo para InfiernoRojo.com

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