El volante, que suplantó en el segundo tiempo a Hernán Fredes, ingresó para defender y cuidar la pelota. Pero se fue del libreto y en la última del partido recibió de Caicedo y marcó el 2-0 final.
Ante Newell´s arrancó de titular, pero con la ausencia de Vargas, el Tolo Gallego decidió que Fredes se hiciera cargo del sector ante Vélez y se quedó con la titularidad. Sin embargo, Jonathan Santana no desesperó y en el clásico de Avellaneda logró también demostrar su juego.
Es que, Fredes había hecho un gran despliegue y el DT metió mano en el mediocampo. Para eso ingresó Godoy y Santana. Así Vargas tendría dos laderos para el quite y más oxígeno para abastecer los delanteros. Y así fue.
Caicedo empezó a tener más fútbol y el Rolfi también. Pero ninguno de los dos podía plasmar en la red el segundo y definitivo gol. Uno y otro intentaban, no obstante el último pase nunca llegó claro y preocupaba por la ínfima diferencia. Nunca, en realidad no, es que justo cuando el partido ingresaba en el cuarto minuto de descuento hubo una jugada que terminó bien.
El Rolfi se la tocó al Negro Caicedo, que encaró al defensor que intentó cortarlo y quedó pagando. Luego, lo vio llegar a Santana y le dejó servida la pelota para que el volante, que llegó bien afirmado, le diera un zurdazo recto y bajo que dejó a Saja inmóvil. Segundo gol del clásico y locura desatada. Festejo sin fin. Alegría con final feliz.