¿Sigue o se va? La determinación está en manos del goleador. ¡Mirá!
Fueron dos días de absoluta locura. Llamados, ofertas y contraofertas, información, enojos, opiniones, dólares y orgullo deportivo. Independiente y Boca desataron una puja memorable en uno de los mercados de pases más extraños de la historia.
Silvio Romero había aceptado la oferta económica de Boca y le dio el visto bueno a la dirigencia xeneize para que avance; mientras días atrás se había embanderado por el Rojo. Juan Román Riquelme pisó el acelerador y se lo quiso llevar por un número bajo, incluyendo deudas y el préstamo de Walter Bou.
Después de largas charlas, y al notar que Boca no cedería a Iván Marcone a préstamo, Independiente no volvió a responder y ahora la decisión está del lado de Romero.
Si se quiere ir a La Ribera, deberá ejecutar la cláusula y partir. Si se quiere quedar en el Rey de Copas, deberá nuevamente sentarse a definir el contrato, aclarar qué sucedió y recomponer -otra vez- el vínculo con dirigentes que saben que se movió por las sombras para hacer las valijas e irse.
Mucho manoseo en el medio y actitudes que disgustaron en el seno de la dirigencia y el cuerpo técnico del Orgullo Nacional. El capitán deberá escoger en dónde jugar y si, efectivamente, continúa como líder del vestuario de Independiente.