Muchos esperaban una victoria convincente y tranquilizadora de Independiente ante Alianza de Coronel Moldes. Un rival de la cuarta categoría, con muchos jugadores semiprofesionales y hasta con un jugador retirado. Sin embargo, el Rojo no dio la talla y pasó dando pena. Empató sobre el final para forzar los penales. Claramente, los futbolistas no estuvieron a la altura y varios demostraron -o volvieron a demostrar- que no están en un nivel para representar al Club.
Había opiniones cruzadas sobre la preparación para este duelo de Copa Argentina. Algunos pensaban que estaba bien la decisión de poner suplentes ante el conjunto cordobés. Que los que jugarían, aunque fueses suplentes, tenían ya experiencia en Primera División y deberían mostrar la diferencia de categorías. Otros pensaban que no había razón para guardar a los titulares, que venían de una semana sin actividad y ahora tendrán otra más de descanso. La decisión del entrenador Jorge Almirón pudo haber sido acertada o no. Y será su responsabilidad como siempre, por ser la cabeza del grupo. Pero la realidad es que los que salieron a la cancha no estuvieron a la altura. No necesariamente por sobrar o desmerecer al rival. Pero sin dudas no cumplieron las expectativas. Muchos dieron un paso atrás en la consideración popular y del director técnico. Y otros, ya casi se quedaron sin crédito.
Y aquí hay que remitirse a la realidad del Rojo, que no está ni siquiera entre los diez primeros de un torneo de treinta equipos -diez de ellos, recién ascendidos-. Que fue llamado a revalidar lo hecho en el Torneo de Transición -fue animador y terminó con 33 puntos- y a ser protagonista por haber mantenido la base y haber sido reforzado con todo lo que pidió Almirón. Pero mientras los otros equipos grandes están jugando campeonato y Copa Libertadores, Independiente no puede pelear estando sólo en el medio local. Y cuando tiene la oportunidad de jugar una copa con rivales en teoría ascesibles -y lograr con el título la chance de jugar la Supercopa Argentina y la Copa Libertadores- casi pasó un papelón. O lo pasó igual, más allá de haber pasado de ronda.
Hay muchas cosas por resolver. Muchísimas. Pero si estos jugadores que tuvieron una noche pésima en Córdoba -y los titulares, que tampoco desentonan en el torneo- no levantan, este clima se los devorará a todos.
