La comisión directiva de Independiente tiene un gran déficit: el fútbol. Una año más repleto de desazón y objetivos incumplidos.
Culminación del Estadio, mejoras en los predios, cancelación de deudas y organización dentro del desorden que se encontraron, son las principales aristas que destacan los miembros de la actual dirección de Independiente. Pero más allá de eso, siempre revelaron la falta de un título para coronar lo que autoproclaman una conducción exitosa.
Lamentablemente el 2016 está llegando a su fin y el Rojo no sólo no consiguió un campeonato, sino que se retiró avergonzado de las competiciones que disputó. Esta CD es responsable de compras, ventras, transferencias y transacciones de jugadores. También deben hacerse cargo del armado de los planteles repletos de futbolistas que ya dieron muestras que no pueden vestir la camiseta más sagrada.
Se acordaron de muchas cosas, pero se olvidaron del fútbol un año más.
