Independiente no pudo ante un Estudiantes muy aguerrido que dejó todo. Fue una verdadera final en la que al Rojo le costó mucho encontrar el camino, aunque en el final casi lo gana. Pompei hizo de las suyas, Ré jugó todo el segundo tiempo de regalo. Ahora a pensar en River, mañana y la próxima fecha.
Independiente no había podido llevar peligro porque Estudiantes estaba replegado y no dejaba espacios. Recién a los 13 una buena jugada por izquierda a puro toque que derivó en los pies de Julián Velázquez para atacar. El Avispa atacó, tocó con Montenegro y la fue a buscar, pero el Rolfi recibió casi en la media luna y de ahí probó. El remate desviado fue lo primero del local.
Estudiantes intentaba ganar la espalda de los laterales, al similar a lo que proponían los dirigidos por Miguel Angel Brindisi. La mayor diferencia era presión del Rojo sobre la salida del Pincha. Sin la presión Estudiantes se aproximaba al área del Ruso Rodríguez.
En el Pincha lo que más complicaba era Duvan Zapata y si Gelaber podía recibir con tiempo para armar. En el Rojo, con la posición del Rolfi más adelantado se buscaba mayor profundidad, pero la imprecisión en los últimos metros no la permitía. Trejo y Monserrat tenían la función de abrir bien la cancha y por momentos lo lograban. De todas maneras, sobre 30 minutos casi no había peligro.
Lo mejor de Independiente se generaba cuando Vargas estaba fino y se podía poner a jugar el equipo en tres cuartos de cancha del Pincha. De todas maneras, el juego estaba muy trabado y sin espacios para crear. Por eso, lo más importante fue a los 43 minutos, cuando tras un buen ataque que nació en los pies de Caicedo, derivó en una falta fuerte sobre Vargas en la medialuna. De ahí, el Rolfi fue pura calidad y Rulli seguridad para mantener el cero. Así se fue el primer tiempo.
El segundo tiempo salió con un Independiente más agresivo. Adrián Fernández por Fabián Monserrat y un derechazo terrible de Montenegro que se estrelló en el travesaño. En la siguiente fue el Paraguayo quien se escapó hacia el arco y Ré, amonestado, lo derribó. Pompei, le regaló la continuidad en el partido al defensor. También lo tuvo Estudiantes, pero el cabezazo abajo del arco se fue por sobre el travesaño.
Cerca de los 15 minutos Estudiantes comenzó a llevar peligro al área del Rojo, que no encontraba manera de poder dañar a su rival. Es que el Pincha se refugiaba y salía muy bien de contra, sobre todo por la velocidad de Maximiliano Núñez, uno de los más peligrosos en el complemento.
Recién a los 22 minutos el Rojo pudo meterse en el área de Estudiantes. Morel encaró, abrió para Trejo que desbordó y le metió el centro rasante a Caicedo, quien la paró, se tiró para la izquierda, volvió para su perfil pero la media vuelta quedó en el techo del arco. Sin embargo a Independiente le faltaba claridad en tres cuartos y no parecía saber cómo abrir el arco.
Sin embargo, en los últimos quince minutos el Rojo hizo todo para ganarlo. Primero a los 29 fue Villalba el que probó de lejos, pero Rulli se estiró y la sacó al tiro de esquina. Siete más tarde, otra buena del lateral juvenil que terminó en la cabeza del Rolfi, pero cuando la pelota tenía destino de gol apareció un defensor de Estudiantes que ayudado con su mano desvió la pelota.
Esas fueron las más claras. Sobre el final Fernández tuvo un zurdazo muy débil que se fue desviado y más tarde, otra vez el Diez desde afuera, también afuera. En el cierre se pudo haber dado, pero a Independiente le faltó esa cuota de claridad y justeza en los últimos metros.
El Pincha metió con todo como si estuviese peleando el Torneo, nada que ver a la fecha anterior y Pompei hizo de las suyas, dejando a Ré jugar gratis el segundo tiempo, a Braña pegar de más y en las divididas darle la chance de salir al visitante. De todas maneras al Rojo le costó. Eloy Rodríguez no ingresó bien y la salida de Caicedo hizo que el equipo pierda fuerza y altura en ataque. Ahora habrá que rezarle a san Ramón ante el Bicho y irse al Monumental a inmolar. Ganar era lo único que servía, hoy no se sumó… se perdieron dos puntos.
