Dicho por el propio Sebastián Beccacece, a Independiente le llegan poco y le convierten mucho. ¡Mirá la preocupante estadística!
“Un equipo se construye desde eso, siendo sólido y teniendo concentración para ser confiable. Muchas veces nos han convertido con un solo remate. Eso no lo he podido modificar en el equipo y me tiene muy ocupado”, aceptó Sebastián Beccacece tras el 2-2 ante Lanús, cuando el Rojo comenzó ganando y los visitantes consiguieron la igualdad con sencillez.
Hay una sensación de desconfianza en la última línea de Independiente, incluyendo a Martín Campaña, desde que llegó el nuevo DT. Pocas llegadas y muchos goles en contra (11). Lanús tuvo 9 remates en todo el partido, de los cuales dos terminaron en gol, cuatro iban al arco y fueron interrumpidos y otros tres salieron desviados. Quiere decir que el 33% de los disparos con dirección, terminaron al fondo de la red.
Más preocupante aún fue ante Patronato por la Superliga, en donde Campaña sólo recibió un tiro al arco y terminó en gol. Los otros seis tiros se fueron afuera. O por ejemplo ante Estudiantes de La Plata, que sólo pateó cinco veces: tres goles, un remate afuera y otro con dirección al arco que fue tapado.
A nivel local, las buenas fueron contra Colón y Defensa y Justicia (cinco remates en cada partido, sin goles en contra) y ante el Patrón por la Copa Argentina (cuatro disparos, en donde tampoco hubo peligro).
Por la Copa Sudamericana, Independiente sufrió más en Ecuador que en Avellaneda. En la ida contra Universidad Católica no recibió tiros al arco (seis afuera) y contra Del Valle sufrió un gol en el único pelotazo direccionado hacia los tres palos -los otros siete no tenía dirección-. En Quito otra fue la historia: contra la U recibió tres goles, cuatro disparos al arco y ocho afuera. Ante Independiente del Valle lo cascotearon con ¡23 disparos! Uno adentro, nueve tiros al arco y trece sin dirección.
En conclusión, a Independiente le patearon 37 veces al arco en 10 partidos y sufrió 11 goles. Quiere decir que el 30% de los tiros terminaron adentro. Un mal donde la responsabilidad es general, desde el arquero hasta el DT.
