Juan José Serrizuela analizó el empate ante Aldosivi junto a InfiernoRojo. El defensor campeón en el Apertura 2002 opinó sobre el funcionamiento del equipo, la estrategia defensiva, Vallés, inferiores, su amor por el club y hasta de la selección.
IR: ¿Qué conclusión sacás de Aldosivi-Independiente?
Serrizuela: Como se dio el partido creo que el punto sirve. Aldosivi juega bien y ordenado, con lo que tiene; por eso le creó muchas situaciones a Independiente, que por suerte no pudieron definirlas. Nostros tuvimos la del Rolfi, la de Pisano que pateó afuera y nada más. Por eso creo que el punto es importante por cómo fue el trámite de los 90 minutos. Aldosivi propuso un sistema de entrada y así manejó el partido, más allá de que tampoco sacó grandes diferencias. Creo que el funcionamiento se tiene que dar en los próximos encuentros, más con los jugadores que hay de mitad de cancha para adelante.
IR: Viendo estos tres partidos, ¿cuáles creés que son las falencias más grandes del conjunto de De Felippe?
S: Al equipo le falta más velocidad de mitad de cancha hacia adelante, control de pelota y estar más tranquilo. Por sobre todas las cosas un volante rápido por derecha, que desequilibre, porque Pisano lo hace bien, pero no es del todo su función y se termina perdiendo. Rolfi y Pocho tienen que jugar como en 2002, parados bien atrás del nueve. Pero el medio campo queda siempre descompensado por falta rapidez y así no hay defensa que aguante.
IR: Cada vez que el rival ataca hay dificultades, ¿qué respuesta le encontrás al retroceso defensivo?
S: Siento que es un problema de sistema y no de personalidad. Independiente, por la calidad de jugadores que tiene abajo, debería jugar con línea de tres. Tiene a Tula que marca muy bien, a Velázquez que es rápido para sobrar y a Morel, que yo lo conozco mucho, y sé que se siente más cómo con tres abajo.
IR: Con línea de tres, Mancuello podría acoplarse al mediocampo, ¿pero Vallés quedaría afuera?
S: Él de a poco y con esfuerzo se fue asentando y ganando el calor de la gente, pero con eso sólo no alcanza en Independiente. Hace un año miraba a las inferiores del club y no podía creer que no haya un lateral derecho que lo reemplace. A Gabriel le tocó soportar muchos momentos difíciles y es valorable que los haya superado, pero en Independiente se está acostumbrado a laterales con más ida y vuelta, ofensivos, con mucho manejo de pelota, desequilibrantes, que prácticamente sean volantes con marca, se necesita otra cosa. Creo que puede seguir mejorando y peleando un lugar.
IR: ¿Por qué pasan los años y cada vez hay menos laterales en el fútbol local?
S: Hay que ver cómo se está trabajando en todos los clubes con los laterales. El problema está en las categorías de abajo. No puede ser que Independiente, Boca y River no puedan sacar defensores por las bandas. El único tal vez es Grana y no está a la altura de lo que es Boca, acostumbrado a jugadores como Ibarra. Esto repercute de lleno en la selección. Faltan meses para el mundial y el equipo está totalmente descompensado. Con los de arriba podemos pelear, pero abajo todavía ni se encontraron los centrales.
IR: ¿De dónde nace la falta de goles de media y larga distancia?
S: Comienza en la falta confianza de los jugadores para patear más de afuera del área. Hay que atreverse más. En el fútbol inglés trabajan mucho con pivots que rebotan la pelota y los compañeros quedan de frente para romper el arco. Esto es trabajo y trabajo. Quedarse después de los entrenamientos para practicar la pegada tiene fruto el día del partido.
IR: ¿Te gustaría volcar todos estos conceptos al servicio de Independiente?
S: Por supuesto que sí. Junto con mi hermano (Tiburcio) estuvimos muy cerca de agarrar las inferiores en dos oportunidades, pero no se concretó. Estábamos muy ilusionados porque sentíamos que había muchas cosas lindas para aportar. No es sólo dar notas y quedarse de brazos cruzados. Pero bueno, ya nos llegará el momento de trabajar de nuevo para Independiente.
IR: Volviste al LDA en la despedida de Milito, ¿te agarró el cosquilleo por volver?
S: Siempre tuve las ganas de volver a jugar, pero yo dejé a los 33 años porque no me salió nada importante. Me lesioné en Independiente, jugué ocho meses sin saber que estaba desgarrado, porque el médico decía que no tenía nada, después me operé de la pierna y se empezó a decir que estaba roto. En adelante terminaba arreglando con clubes que peleaban el descenso, porque todos los técnicos pensaban que yo no servía más, no me querían porque tenían miedo, y realmente estaba perfecto y me sentía bien. Cada vez que los veo al Rolfi y al Pocho me dan ganas de jugar, porque estoy bien. Pero bueno, es otra etapa, disfruto con mis hijos y me esfuerzo para colaborar desde otro lado.
IR: Fuiste muy aplaudido aquella noche, ¿en la calle te pasa lo mismo?
S: Siento mucho el cariño de la gente, que me reconoce siempre. Vivo en Florencia Varela y hay muchísimos hinchas de Independiente que me hacen sentir día a día el afecto. Salí de Lanús pero siento que soy de la casa. Voy a la cancha todos los partidos de local, porque mis hijos se hicieron fanáticos del rojo. Vivo este amor cada día.
