Independiente ganó 1-0 y avanzó a los Cuartos de final de la Copa Argentina, pero se fue abucheado por el público. ¡Mirá el resumen!
¿En Independiente alcanza con ganar? La respuesta fue contundente tras el 1-0 ante Defensa y Justicia. El Rojo pasó a los Cuartos de final de la Copa Argentina por primera vez en la historia, pero eso no fue suficiente para la hinchada más exigente del país. El equipo jugó mal y recibió una nueva reprobación unánime.
En un partido sumamente luchado, en el que el conjunto de Sebastián Beccacece tuvo un solo envío al arco, el gol llegó a partir de un cabezazo de Gastón Silva, cuando se moría el primer tiempo. Nada más. No es una exageración, realmente nada más. Independiente no cruzó la mitad de la cancha, no pateó al arco, no inquietó en absoluto a Ezequiel Unsain. Tuvo una y la mandó a guardar.
Luego fue errar infinidad de pases, pelotazos al aire, faltas, desatenciones, rotaciones constantes de esquemas que marearon a los jugadores, corridas desesperadas y aguantar como sea para que Fernando Echenique termine el partido. Menos mal que enfrente estaba el Halcón, que no supo cómo quebrar el cero en el arco de Martín Campaña. Un nivel paupérrimo del Rey de Copas que, otra vez, se fue silbado por su gente.
Los cambios no trajeron soluciones, sino que impulsaron al equipo a retroceder. Los juveniles Alan Velasco y Alan Soñora apenas tocaron el balón, en un clima contraproducente. La defensa mutó tres veces en medio del partido y revoleó todo lo que tocó, cuando le atinó a la pelota. Por delante, fue muy clara la necesidad de un armador de juego; alguien que pare el balón, levante la cabeza y maneje los hilos del encuentro.
El equipo no sabe a qué jugar. Sin ideas claras y sin identidad. Con actitud, sí, para meter los 90 minutos. El no tener un estilo marcado llevó a que ante la primera vicisitud el colectivo se descompagine totalmente. Al menos, Beccacece fue realista: “No jugamos bien y ganamos siendo superados por el rival. Sólo destaco estar en cuartos de final”. Una frase que marca de punta a punta la noche del Diablo en Quilmes.