Después de la novela con Boca, ¿cómo queda su figura?
Independiente debía hacer lo posible por retener a su goleador. Perder a otro nueve por tan bajo costo hubiera significado otro gran pecado de esta comisión directiva. Sin embargo, el Chino terminó escogiendo al Rey de Copas.
Es tan cierto que le dio el visto bueno a Boca para que negocie con el Rojo, como que siempre dejó en claro que no iba a ejecutar la cláusula baja de 1,4 millones de dólares. Y es tan real que coqueteó con irse mientras se reunía con los dirigentes de Independiente, como que tuvo posibilidades de declararse libre y no lo hizo.
Además, fue la cara de un reclamo muy importante por parte de los jugadores, aunque fue de los pocos que evitó el conflicto legal, más allá de declaraciones cruzadas con Héctor Maldonado.
El viernes se firmaría la extensión de su contrato y quedarían desechas las cláusulas para el mercado local y el exterior; sin descartar que hasta el cierre del mercado podría llegar una oferta tentadora de un país exótico que haga repensar su permanencia en el Orgullo Nacional.
Ahora bien, ¿cómo quedó parado el Chino luego de comunicarse abiertamente con Boca?, ¿es normal que el máximo referente de un plantel entre en un tire y afloje con el principal rival del club? ¿No afecta que los dirigentes estaban dispuestos a mandarlo al Xeneize con tal de que venga Iván Marcone?
La capitanía la definirán entre Lucas Pusineri y el plantel, y la verdad es que es un rol que principalmente incide en el vestuario y en la interna del club. Hoy, más allá de Silvio, no se vislumbra dentro del equipo otro futbolista que pueda tomar la cinta firmemente.
Pero la pregunta está planteada: después de toda la novela, ¿Silvio Romero debe seguir siendo el capitán de Independiente o el DT debe buscar y/o generar un nuevo líder? ¿Hay otro dentro del vestuario que pueda ocupar su lugar?
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