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Independiente no pudo con Tigre. Foto Olé

Sin licencia para conducir

Independiente no pudo con Tigre. Foto Olé

El Independiente de Julio Vaccari sigue acéfalo de fútbol y la razón es que no encuentra un conductor asignado. Tampoco el DT parece querer tocar el esquema para buscar variantes.

Pasan los partidos y el juego de Independiente se reitera sin evolucionar. No logra salir de un loop insoportable de empates que, lejos de servirle, le impiden escalar en la tabla anual para poner los pies en la zona de Copas. Si bien Gabriel Avalos volvió al gol (y se celebra), el equipo de Julio Vaccari mantiene su escuálido peso ofensivo, que no encuentra solución. Y la razón es que carece de un conductor idóneo para la generación que el juego necesita.

El técnico no negocia su dibujo táctico. El 4-3-3 lo tiene tatuado y por el momento parece no pensar en modificarlo. En este contexto, el Rojo depende de sus volantes interiores para conducir, principalmente de Lucas González, quien es el más suelto de la línea del medio. Sin embargo, el nivel de Saltita hace algunos encuentros no es el óptimo y todo el equipo lo siente.

En Victoria fue otra floja actuación de González, quien en las últimas horas vivió algunas cuestiones familiares que podrían haberlo sacado de eje (el DT debería saber administrar cuando un jugador no está mentalmente al cien por ciento para jugar). Cuestiones extrafutbolísticas aparte, aquí nos centramos en lo que ocurre en el rectángulo verde.

Y lo de Independiente sobre el paño fue nuevamente escaso. Aun cuando da el primer envión, pasa al frente en el resultado y tiene el escenario favorable para aprovecharlo ante un adversario golpeado, de recortados recursos y con su gente disgustada y presionando, el Diablo no arranca y termina enredado otra vez en la telaraña de sus falencias.

Independiente está acéfalo de fútbol. Saltita no logra convertirse en el conductor del equipo y cuando el bueno de Felipe Loyola tampoco está en un buen día, no hay quien se haga cargo de tomar la posta. De hecho, las situaciones con las que contó el Rojo fueron mayormente de jugadas que provinieron desde los costados, principalmente con la proyección de Santiago Salle, que fue quien asistió a Avalos en el 1 a 0. Antes del gol Salle ya le había dado otros dos pases al 9, que no había podido capitalizar en la red.

El elenco de Avellaneda no tiene conexiones por el medio. Pedir un pase filtrado a esta altura parece toda una quimera. Sin ir más lejos, Tigre, con sus limitaciones, hizo la diferencia con su hombre creativo: Gonzalo Maroni. Es verdad que en la primera parte el ’10’ del Matador no estuvo del todo fino, pero tras el descanso se activó y comandó las acciones de riesgo. De hecho, conjunto en la jugada del empate con un rodeo y abriendo la pelota hacia la derecha para González, que mandó el centro por bajo para la llegada de Monzón al segundo palo. De los pies de su elaborador, Tigre tuvo algunas aproximaciones más, incluso.

Independiente tiene material de dichas características, aunque por diferentes cuestiones no logra sacarle jugo. Santiago Toloza podría ser ese jugador que hace falta. Sin embargo, apenas suma un puñado de minutos con Vaccari. Lautaro Millán cumplió esa función en el interinato de Hugo Tocalli, en el cual Avalos hizo dos de los cinco tantos que tiene con la camiseta roja. Rodrigo Atencio, juvenil surgido de la cantera, también podría servir de alternativa en ese puesto, aunque se eligió darlo a préstamo a principio de año a Central Córdoba y ahora está siendo buscado por el fútbol árabe.

Una variante para tratar de encontrar el juego perdido en el medio para que eso se traduzca en llegadas de gol de cara al arco rival sería varias el sistema, algo que parece no estar en los planes del entrenador por el momento. Si no se cambia será difícil que algo cambie. Vaccari apuesta a la continuidad de esquema y nombres fecha tras fecha con la idea de ir aceitando un equipo para así dar con un funcionamiento. Por ahora, no está resultando.

(Foto: Marcelo Carroll/Olé)

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