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Sin rumbo

Independiente está cada día peor, y el panorama es aterrador.

Deudas, inhibiciones, negociaciones fallidas, son solo un resumen de lo que es Independiente hoy. “Acuérdense de cómo estaba el club cuando llegamos”, es el relato del oficialismo. Hoy, la situación no es muy distinta, la única diferencia es que el Rojo no llegó al mismo lugar que en 2013.

El objetivo, sin embargo, no es comparar, sino ilustrar el presente. Hoy Independiente está inhibido, por lo que no puede incorporar, y el mercado está cada vez más cerca del cierre. Ya le sucedió a Lucas Pusineri que tuvo que debutar sin refuerzos, y ahora pareciera que Eduardo Domínguez correrá con la misma suerte.

Y para colmo de males, al Rojo lo tomaron de punto. Cualquier club sabe que, en cualquier negociación del Diablo que interceda, ganará. El motivo es sencillo: Cuando antes todos querían jugar en el Rey de Copas, hoy nadie desea hacerlo. El caso de Elías Gómez es claro, con River levantando el teléfono para llevárselo cuando, desde Avellaneda, ya tenían todo pactado con Argentinos.

Años de dejadez, con el club a la deriva, desembocaron en este triste presente. Quienes ningunean a los hinchas y aseguran preocuparse por Independiente, no hacen más que poner su ego por encima del escudo. Nadie es más que el Rojo, y ellos, como socios, deberían saberlo. Hoy, el club está tomado, y la consigna es clara: Recuperemos a Independiente antes de que sea demasiado tarde.

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