El pésimo partido de Independiente no se pudo revertir ni con los cambios del entrenador. ¿Un equipo sin rebeldía?
Volver a caer y dejar pasar oportunidades para acercarse en las primeras posiciones de la tabla anual, parece ser la actividad favorita de este Independiente. Un escenario que se repite una y otra vez con un equipo que no muestra síntomas de mejoría.
Para colmo, después de arrancar perdiendo desde el vestuario y no poder plantarse en el Minella, Julio César Falcioni optó por meter mano en el equipo y tampoco obtuvo respuesta. Con el ingreso de Andrés Roa y Jonathan Herrera por Chaco Martínez y Saltita González, el Emperador buscó sacar un mediocampista y poner dos jugadores que puedan generar peligro al arco del Tiburón.
Pero la verdad es que eso no sucedió. El colombiano Roa generó poco desequilibrio y las pocas que tuvo, decidió mal. Lo de Herrera fue aún más pobre. Pasó desapercibido en el complemento con pocas situaciones de gol y hasta terminó recostado en un lado tirando centros, insólito.
Con el correr de los minutos y la poca iniciativa de los jugadores del Rojo para poder empatar el encuentro, Falcioni se vio obligado a volver a tocar los 11. Fue el momento de Rodrigo Márquez por Alan Velasco y de Gastón Togni por Ayrton Costa. Dos extremos que entraron con la indicación de llegar al área y asociarse de la mejor forma posible con sus compañeros. El Chila, en una de las primeras que tocó, lo dejó solito a Togni pero este definió mal.
Por último, entró Tomás Pozzo por Alan Soñora en los últimos minutos del partido con un Aldosivi retraído en su propio campo y un Independiente sin ideas. Poco pudo hacer el chico del Orgullo Nacional en un equipo desastroso que perdía ante Aldosivi. El conjunto de Falcioni sigue sin encontrar el rumbo, sin respuestas de los jugadores y un recambio que no funciona. Deberá cambiar en lo inmediato o quedará olvidado en la tabla.
