Independiente perdió 2-0 ante un Belgrano que se floreó y le ganó desde el minuto cero. La defensa fue un desastre, en ataque volvió a mostrar mucha tibieza y el mediocampo estuvo flojo. Lo único resaltable fue Fabián Assman, que impidió la goleada. El Rojo termina el verano sin goles, con tres derrotas y un empate. Hundido en un océano de dudas y evidenciando terribles dificultades en el terreno de juego.
Era el último partido amistoso de verano. Ya había sido derrota aplastante ante Racing, empate tibio frente a Newell´s y caída por la mínima con Rosario Central. Enfrente estaba Belgrano de Córdoba en el Mario Alberto Kempes y, si bien, Omar De Felippe había puesto mayoría de suplentes, el equipo tenía la oportunidad de cambiar la imagen. Lejos estuvo…
Ya a los dos minutos Belgrano evidenció grandes problemas defensivos en su rival. Es que de un lateral realizado cerca de la mitad de cancha nació la primera jugada de peligro del Pirata. Alexis Zárate se durmió y Samuel Cáceres nunca fue en busca del delantero, por eso fácilmente el delantero lo dejó mal parado y fue Assman el que respondió con seguridad.
El Rojo respondió rápidamente. Una buena combinación por izquierda derivó en un desborde profundo de Francisco Pizzini que tocó hacia atrás para Sebastián Penco. El delantero remató muy por encima del travesaño y malogró la primera chance para los de Omar De Felippe. Sin embargo, de a poco, Belgrano fue haciéndose superior a su rival.
El Pirata atacaba e Independiente no se defendía, sólo Assman estaba a la altura. Así fue que le tapó un remate complicado a Farré cerca de los 13 minutos y a los 21 ganó un buen mano a mano pero el rebote cayó en la cabeza de Márquez para marcar el 1-0. Los zagueros centrales y los laterales fueron espectadores de lujo.
Assman, casi llegando a la media hora de partido, descolgó un remate colocado de Bueno que lo probó de media distancia. Sin embargo, no pudo evitar la segunda caída de su valla. Es que tras la salida de un tiro libre Lollo se elevó más que todos y metió un cabezazo furibundo que chocó en el travesaño y picó claramente dentro del arco. Así, a los 32 minutos, Belgrano lograba el 2-0 final.
Independiente fue un desastre y con el resultado en contra, peor. Casi hubo que esperar a los 44 minutos para una jugada de peligro. Fredes metió un pase de más de 35 metros para Penco que, aprovechando que la pelota caía, le pegó de volea sorprendiendo a Olave. El remate se fue apenas afuera. Más tarde el que probó fue Benítez, pero el gol no llegó y el primer tiempo terminó 2-0.
En el complemento, Olave se quedó con el descuento en una jugada doble. Primero le ganó en las alturas a Penco y luego se quedó con la chilena que ensayó Ojeda. A Independiente le costaba y mucho. Pizzini era el único punzante y con profundidad, pero por momentos estaba muy solo. Enfrente, Belgrano cada vez que atacaba llevaba mucho peligro.
Antes de una serie de salvadas de Assman hay que señalar una tapada de Olave ante un envenenado remate lejano de Leonel Miranda, quien había ingresado por Fredes. El uno del Rojo primero vio como el travesaño le jugaba a su favor cuando su estirada era inútil y a los 29 minutos del complemento le volvió a ganar el duelo a Carlos Bueno.
Así las cosas se fueron sucediendo algunas contras de Belgrano y sendos ataques esporádicos de Independiente. Lo cierto es que el resultado fue 2-0 para el Pirata y el Rojo cerró un verano patético. Magros rendimientos, lesiones en todas las líneas, cero goles a favor y seis en contra, tres derrotas y un empate, sin victorias y con un naufragio futbolístico preocupante. Ahora, en unos días empieza la verdad, ojalá que esto cambie y se logre el objetivo mínimo y vergonzoso de devolver al club al lugar que le corresponde.
