La jornada de domingo prometía ser tranquila para Independiente, pero el flojo arbitraje de Saúl Laverni más las estúpidas provocaciones de Enzo Pérez y Gastón Fernández congeniaron para que los hinchas rojos terminaran enardecidos y hasta reaccionando de manera desmedida.
El Rojo alternativo, repleto de pibes, se la bancó más que bien ante el elogiadísimo líder del Torneo Apertura y la gente de Independiente reconoció el esfuerzo del equipo más allá de la derrota, pero hubo hechos puntuales totalmente evitables que alteraron la tranquila tarde de Avellaneda.
Gastón Fernández, de pasado en Racing y quien estuvo varias veces cerca de sumarse a Independiente, anotó el gol de la victoria pincha a poco del final y festejó de manera desmedida y provocadora contra toda la parcialidad roja. Laverni sólo lo amonestó y por sacarse la camiseta.
Después, la Gata siguió con gestos de cargada contra todo Independiente y cuando se iba a retirar reemplazado, los hinchas rojos se lo querían comer y no lo dejaban meterse en la manga. La Policía debió interceder para que el delantero pudiera irse al vestuario.
Enzo Pérez, quien fue expulsado sobre el final por un patadón a Iván Pérez, también hizo gestos a la tribuna del Rojo en el segundo gol y debió irse a las duchas junto a Fernández, pero Laverni, que también le perdonó la vida a Rodrigo Braña antes, hizo la vista gorda.
Luego del partido, el que la pasó mal fue Laverni. Un grupo de hinchas, al ver que se retiraba del estadio, se acercó a él y lo escupió antes de que se subiera al vehículo, que momentos después recibió golpes y patadas por todos lados. Con la intervención de la Policía, el juez pudo irse. Una vergüenza.
