Independiente con el último suspiro igualó un partido que mereció perder. Sebastián Penco pudo aprovechar un centro de Pizzini sobre el final y lo empató. El gol de Ferro fue de Caballero.
Estamos frente al peor plantel de la historia… Así este equipo no asciende.
Antes de empezar el encuentro Independiente sabía que Huracán había dejado dos puntos en el camino al igual ante Villa San Carlos. Además, que Instituto tenía que viajar a Jujuy para enfrentarse a Gimnasia y, también, que su rival era Ferro. Un conjunto verdolaga que venía claramente en caída.
Sin embargo, y pese a haber contado con la primera de riesgo en la que Daniel Montenegro no pudo colocar bien su remate y se fue alto, el local fue más en el primer tiempo. Lo esperó hasta la mitad de cancha, ahí presionó a Independiente y le demostró velocidad en la contra. Así fue que lo hizo sufrir.
Es más, a los 14 minutos Coll contraatacó por mitad del área y sin resistencia probó a Diego Rodríguez con un buen zurdazo. El Ruso dio un rebote largo que aprovechó Caballero para marcar el 1-0. La defensa del Rojo se durmió una larga y tenebrosa siesta que terminó en la caída del arco.
El equipo se desorientó. Marcelo Vidal sintió una molestia muscular y De Felippe no lo cambió rápidamente. Ferro lo aprovechó y tuvo algunas chances que por impericia de sus delanteros no logró convalidar en el resultado. Delanteros y defensores, porque Eduardo Tuzzio tuvo en sus pies la chance del 2-0 en un penal claro que hizo Tula. No obstante su remate fuerte y rasante se fue afuera y dilapidó la posibilidad de casi liquidar al Rojo.
Independiente, por su lado, fue a buscar el empate pero sin ideas, sin fútbol, sin desborde, sin sorpresa y sin claridad. Así se fue el primer tiempo. Ferro bajando el ritmo de presión y el Rojo sin mostrar recuperación neta para lograr la igualdad.
El complemento fue más de lo mismo. Independiente buscando con la tenencia de la pelota pero sin una idea para lograr quebrar la resistencia del local. Jugando deliberadamente mal. Montenegro lejos del arco, Federico Insúa sin desequilibrio, Facundo Parra de espaldas y fuera del área y Matías Pisano sin poder gambetear para adelante.
Para colmo, Ferro en la contra parecía empezar a lastimar. Es más, a los diez minutos se dieron un par de jugadas claras que por el Ruso no terminaron en el segundo gol. Primero con un zurdazo al primer palo en el que respondió bien y luego, tras una mala salida en un centro, tapó con el pie una chance inmejorable del verdolaga.
A los 12 minutos se dio una situación que cambió un poco las cosas. Vegetti le pegó sin pelota al Ruso, quien antes lo había empujado, y Delfino lo expulsó. Ferro perdió a su as en ataque y si bien siguió apostando a la contra, de a poco fue perdiendo peso. De Felippe mandó a la cancha a Sebastián Penco por Claudio Morel Rodríguez y luego cambió figuritas entre Francisco Pizzini y Pisano. De poco sirvió.
El Rojo siguió deambulando las puertas del área pero no lograba nada. Recién a los 32 minutos Penco obtuvo un rebote frente al arco y se apresuró al definir. Parecía que Independiente no sabía cómo empatar y Ferro hacía todo lo posible para no liquidarlo en la contra.
De la bronca del resultado y de la vergüenza, Federico Mancuello se fue expulsado. Diez contra diez, Independiente siguió yendo y recién sobre el final tuvo la recompensa. Un centro de Pizzini y un cabezazo de Penco le permitieron igualar el partido. Y, en la última, de no ser por la inestabilidad futbolística de Fredes para tirar dos centros y de Parra para ensayar una pirueta defectuosa el Rojo podría haber llegado al triunfo.
Una vez más Independiente deja pasar una chance de alejarse de Huracán y de meterle presión a Instituto. Un empate vergonzoso. El rendimiento del equipo fue un papelón y cada fecha que pasa más se acortan las posibilidades. Hace un tiempo atrás un delantero dijo que era mejor “correr de atrás”… es mejor jugar al fútbol y ganar. Así Independiente ascenderá, con estos empates, no.
