Ni el más pesimista hincha de Independiente esperaba este duro golpe ante Lanús. Los ánimos por Avellaneda estaban renovadísimos debido a la vuelta de un ganador como Américo Gallego al banco de suplentes, pero la derrota en el debut ya despertó viejos ánimos en la gente que hay que borrar de una vez por todas para salir a flote.
No hay que ser indulgente con estos jugadores que ya se devoraron a cuanto técnico le pusieron en frente, es cierto. Pero éste no es momento de llenarlos nuevamente de críticas (¿qué más se les puede achacar?), es hora de bancar a un Gallego que prometió una limpieza profunda que se acelerará merced a la goleada del Granate.
Pero para que esto suceda, que de una vez por todas se acaben estos tragos amargos, a Gallego hay que dejarlo trabajar tranquilo. No puede ser que haya hinchas que ante el primer tropiezo del Tolo ya estén diciendo que Julio Comparada se equivocó una vez más con el DT o que con Gallego es lo mismo que con Santoro. ¡Claro que todo sigue igual! ¡Si no hace ni una semana que el Tolo desembarcó en Independiente!
Señores, a poner el hombro (una vez más, lamentablemente), a mentalizarnos que la pequeña ilusión de pelear este torneo acabó rapidito y a bancar este mini-proceso de evaluación que Gallego pondrá en marcha ya este lunes para armar el equipo para el Torneo Apertura. No queda otra. Tolo depende del Tolo.
