Independiente necesitó que Fernando Gaibor sea eje y protagonista ante Tigre; sin embargo, estuvo más ausente que enchufado con sus compañeros.
Con las ausencias de Martín Benítez y Maximiliano Meza, el partido ante Tigre era ideal para Fernando Gaibor. Porque iba a jugar como creador y era su oportunidad de al hombro la manija del equipo. Sin embargo, su rendimiento fue más bien chato. Claro que es para destacar que puso un maravilloso pase de gol a Silvio Romero, y alguna que otra pelota profunda, pero el resto del partido se lo vio incómodo, molesto y ausente.
Independiente era superado por Tigre, que en general agarraba más la pelota. Pero cuando el Rojo la tenía, le costó horrores ser punzante y peligroso. Necesitaba de un jugador que traslade con criterio y pueda hacer soltar a sus compañeros.
No sólo que el ecuatoriano no pudo lograrlo, sino que además por momentos no fue partícipe de las salidas del equipo, lo que obligó a Emanuel Gigliotti y a Silvio Romero bajar a tres cuartos para pivotear o hacer rebotar con alguno de los otros jugadores. Así, perdió presencia en el área y prestancia en el ataque.
Queda claro que el refuerzo tiene un guante en el pie y mucha calidad con pelota dominada; pero todavía le falta rigor para vérselas con los más bravos y para sacar al frente a un equipo que era dominado por el rival.
