Independiente volvió a despreciar el fútbol, pero consiguió ganarle 1-0 a un pobre Arsenal que tampoco significó un gran rival. ¿Y si probamos atacando?
Partido horrible, inmirable, el que se dio en Sarandí. Independiente venía de quedar eliminado con Talleres por Copa Argentina, y tenía que visitar a Arsenal para volver a sonreír. Si bien el Rojo se aseguró los tres puntos, volvió a ser un completo desastre, y pudo haberse quedado sin la victoria de no ser por la falta de jerarquía del rival.
De arranque, se vio claramente lo que iba a pasar. Tanto el Diablo como los del Viaducto, ambos con técnicos defensivos, maltrataron la pelota. El mediocampo se convirtió en un mero lugar de transición, y dar pases o triangular pasaron a ser algo prohibido. Si, lo que se vio fue cualquier cosa menos fútbol.
Afortunadamente, en el arranque del encuentro, se dio la única alegría, y fue para Independiente. En un contrataque, cuando la pelota le había quedado al local, Damián Batallini la ganó en el mediocampo, y cedió para Javier Vallejo. El juvenil corrió, se cruzó de lado y, con un gran derechazo cruzado, engañó a Alejandro Medina para poner las cosas 1-0.
Lo mejor del primer tiempo, al menos del lado del Rojo, fue justamente Vallejo. El chico, que había fallado su penal contra Talleres, se redimió con el gol del triunfo, y aparte de eso, fue el más desequilibrante en un equipo que apostó a la contra. Luego, el equipo careció de juego, y se aferró a ese gol para aguantar el triunfo.
El complemento, valga la redundancia, fue más de lo mismo. Si hubiera que analizar quien atacó más, tal vez haya sido Arsenal, que apenas tuvo más la pelota. Los dirigidos por Leonardo Madelón consiguieron la posesión producto de que Independiente se dedicó a defenderse, pero lejos de aprovecharla, casi no preocuparon a Milton Álvarez.
Al finalizar el encuentro, el Rojo volvió a hacerse con tres puntos. Los dirigidos por Julio Falcioni llevan cinco triunfos al hilo en el torneo, y siguen escalando en una tabla sumamente pareja. Sin embargo, desde la eliminación a manos de Talleres, el equipo da la sensación de haber retrocedido, y es vital que recupere el buen nivel para sostener la racha. Ahora se viene Central Córdoba. ¡Salgan a jugar!
