¿Funcionó alguna vez? Estos son los futbolistas que llegaron a Independiente desde el Xeneize en los últimos años.
Aunque todavía no está cerrado, la dirigencia del Rojo se subió a la negociación de un trueque con Boca. Incluso, este es más posible que el iniciado por Silvio Romero; ya que la comisión directiva está dispuesta a ceder a Fabricio Bustos a cambio del 70% de Agustín Rossi y el 30% de Iván Marcone.
¿Quiénes fueron los últimos 10 futbolistas que pasaron de Boca a Independiente sin escalas?, ¿les ha ido bien o llegaron como descarte? ¡Mirá!
En 1992 cruzaron Gabriel Amato y Antonio Mohamed. El delantero jugó 31 partidos y metió 3 goles, y rápidamente se fue a Huracán. El enganche tampoco brilló, ya que disputó 26 encuentros, convirtió en dos ocasiones y en 1993 fue vendido al Toros Neza de México.
Tres años más tarde, en 1995, llegaron Luis Alberto Carranza y Roberto Acuña. El Beto surgió de Racing y fue transferido a Boca como una figura, pero su estadía en el Xeneize no fue brillante y pasó al Rojo con un nivel descendente. Mientras tanto, el defensor nacionalizado paraguayo sí pudo asentarse en el Orgullo Nacional y dos temporadas más tarde fue vendido al Zaragoza de España. Ambos levantaron la Supercopa 1995.
Para 1996, sobre el cierre de su carrera, Fabián Carrizo dejó a los bosteros y fue fichado por el Diablo hasta 1999. Aunque tuvo un semestre más que aceptable, por lo general no pudo asentarse como titular y termino yéndose sin pena ni gloria a Huracán.
El Huevo Toresani arribó a Independiente en 1998, tras dos años en el club de La Ribera. El sacrificado mediocampista es otro de los que no logró enamorar a la exigente hinchada del Rey de Copas y duró tan solo un año.
Siete años tuvieron que pasar para que un futbolista de Boca sea contratado por el Rojo y en 2005 apareció Franco Cángele. Si ya en el Xeneize se lo notaba displicente, en el Orgullo Nacional decepcionó desde el segundo partido. Desenchufado y desmotivado, 11 partidos y un gol bastaron para que rápidamente sea eyectado hacia Colón.
El caso de Leandro Gracián en 2010 es extraño. No colmó las expectativas porque fue muy irregular, pero tuvo destellos de aquel chico habilidoso que surgió de Vélez. Será recordado por un gol desde la mitad de la cancha ante Banfield, levantar la Copa Sudamericana 2010 y regresar a Boca en menos de un año.
En 2014, con un Independiente en reconstrucción, la actual dirigencia contrató a Claudio Riaño. El atacante jugó dos años en el Rey de Copas, con 24 cotejos y sólo cuatro conquistas. Se esperaba más y así como llegó, se fue.. silbando bajito y sin despertar demasiadas consideraciones.
Por último, el caso de Pablo Pérez en 2019. Un futbolista tan técnico y hábil como temperamental y reaccionario. Ariel Holan lo contrató para darle calidad a la mitad de la cancha, pero llegó mal desde Boca, sin ganas de irse y después de haber sufrido una grave derrota contra River. En 35 encuentros, Pérez hizo cuatro goles y dio cinco asistencias, pero también sumó muchos actos de indisciplina que terminaron de inclinar la balanza para que se vaya a Newell’s.
¿Vos qué opinás?, ¿cómo le ha ido a los futbolistas que pasaron de Boca a Independiente sin escalas?, ¿hubo casos positivos a lo largo de la historia?
¡Dale play a InfiernoRojo TV junto a Daniel Bertoni en una charla imperdible!
