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Un callejón sin salida

La situación de Independiente es terminal, y pareciera no verse la luz al final del túnel. ¿Hasta cuándo?

De más está decir que la situación de Independiente, en lo deportivo, es más que preocupante. Eliminado tempranamente tanto de la Copa de la Liga como de la Sudamericana, y clasificado a duras penas en la Copa Argentina, nada hace sospechar que vaya a mejorar. Sin embargo, y tal como ha dicho Eduardo Domínguez en alguna conferencia de prensa, todo es consecuencia de.

La situación institucional del Rojo es una montaña rusa de “errores”. Desde el oficialismo, está lo que se sabe: Deudas contraídas por pases de futbolistas y culpas desviadas hacia otros lados, como a Mauricio Macri en 2017 o a la situación del país a partir de 2020. Mientras tanto, no dan el brazo a torcer, y siguen alargando un mandato que ya debería haber terminado en diciembre pasado.

La oposición, por su parte, va de la mano con los que están. De arranque aseguraron que el socio debía elegir, y que las elecciones debían concretarse para que los hinchas decidan el futuro del club. Sin embargo, y contrario a esto, tanto Claudio Rudecindo como Fabián Doman decidieron negociar una unidad con el oficialismo. Si, sin Hugo Moyano ni Héctor Maldonado, pero seamos sinceros: ¿Cambia algo que la cara visible pase a ser Sergio Palazzo?

En esta situación, con una dirigencia agotada y opositores que negocian con los que están, es difícil sacar adelante la situación. Los resultados deportivos no son más que la muestra de los errores que se vienen cometiendo desde hace varios años, y la Comisión Directiva no parece estar interesada en revertirlos. Mientras tanto, el socio sigue yendo a la cancha, pagando una cuota cada vez más cara para ver que el esfuerzo que realiza, no se ve reflejado. Es hora de dejar los egos de lado y entender que, la única salida posible, es llamar a elecciones para tratar de cambiar el destino de Independiente.

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