Independiente volvió a jugar mal, no tuvo profundidad y sigue sin poder hacerse dueño de los partidos. Esta vez igualó sin goles ante Aldosivi en Mar del Plata. Se descuenta un punto a Defensa, que perdió, pero no hay respuesta dentro de la cancha y los rendimientos están muy por debajo de lo esperado.
Parece que hoy con la posibilidad de rescatar el “punto inteligente” todo se puede fundamentar, incluso el mal desempeño del equipo y de los magros rendimientos individualidades. Independiente, en Mar del Plata, decididamente equivocó los caminos, jugó mal, no rindió, no lastimó y si se llevó un punto fue porque en el primer tiempo el local estuvo errático a la hora de enfrentar a Diego Rodríguez.
Si enumeramos las chances frente a los arcos, Aldosivi tuvo más que el conjunto de Omar De Felippe, a quien se lo notó preocupado por la falta de juego de sus entrenados. Es que ya de arranque el Tiburón le metió vértigo y presión al partido y con eso solo lo superó al Rojo.
Reinaldo Alderete y Martín Zapata hacían agua en la mitad del campo. Las bandas de Independiente eran desbordadas casi sin esfuerzo y la que más sufría era la derecha, la que custodiaba Gabriel Vallés. Es que el ex Belgrano no podía ser la rueda de auxilio del volante central y cubrir la derecha, por donde Matías Pisano tampoco ayudaba en la recuperación.
Así las cosas, Aldosivi dañaba. Ya a los 19 minutos merecía la diferencia a su favor. El Ruso, alguna vez Mancuello, Tula y Morel yendo al piso y la mala puntería de los delanteros locales hicieron que el arco se mantuviera en cero.
Recién a los 20 y tras una jugada poco ortodoxa –pelotazo para Parra que la peinó- le permitió a Daniel Montenegro quedar mano a mano con Campodónico. La definición del Diez fue muy floja y el arquero se quedó con la pelota. Unos minutos más tarde se pudo ver la única jugada colectiva de Independiente que terminó en una falta a Insúa. Poco, muy poco… casi nada.
Aldosivi, mientras, seguía ganando en toda la cancha. Presionaba y salía rápido con verticalidad para dañar. Pero… la falta de contundencia era notoria. Y así se fue el primer tiempo. Un Independiente fácil de vulnerar y sin ningún tipo de juego asociado entre su “tridente de volantes ofensivos”.
El segundo tiempo volvió a mostrar algo similar, aunque el cansancio se hizo notorio en Aldosivi que ya no tenía el mismo ritmo. Eso le permitió al Rojo mejorar un poco, aunque sin lograr nada productivo. Equipo largo, sin toque ni desmarque, verticalidad casi nula y mucha improvisación. Cero creatividad, juego y contundencia. De Felippe metió mano el banco de suplentes, pero tampoco allí encontró la solución.
El Rolfi no aparecía, Insúa brillaba por su ausencia y Pisano era el único que parecía entender un poco por donde atacar, aunque jugando por derecha se nota que le cuesta la función. Adrián Fernández que había ingresado por el lesionado Parra, entró en el bajón de sus compañeros y se equivocó mucho también.
Así las cosas, se podrían enumerar algunas posibilidades. Un remate de Pisano desde afuera; una arremetida de Benítez que derivó en el Rolfi, quien en lugar de pegarle se tomó un tiempo y lo taparon, y poco más. Enfrente, el Ruso no pasó grandes sobresaltos, aunque Aldosivi se acercó ya sin tanta vehemencia.
En fin, Independiente dejó pasar otra chance para igualar a Defensa y Justicia que perdió y de escaparse bien lejos de sus perseguidores que siguen en caída. Mientras, Banfield se regodea, porque el Rojo no lo acecha y, parece, que cada día juega peor.
