Independiente sigue sin ganar. Esta vez igualó sin goles ante Boca Unidos en su primer viaje al interior. A los 22 minutos del primero se quedó con un jugador menos. Equipo más solidario, que intentó quedarse con los tres puntos sin pasar sobresaltos en defensa.
Fue un encuentro extraño. A nivel numérico hay que resaltar que Independiente sigue sin ganar en dos fechas de la B Nacional y esto sigue siendo un papelón. Pero a diferencia del desastre que fue el equipo en la primera fecha hubo una mejoría notoria.
Claro que todavía no se sabe bien cuál es la identidad de juego que le quiere imponer Miguel Angel Brindisi al equipo, pero este miércoles se notó un conjunto más aceitado. Hubo solidaridad para los relevos, jugadas en las que se intentó y se logró llevar peligro mediante la pelota dominada, sobre todo en el primer tiempo. En el segundo se buscó aferrarse al punto, mantener el cero y salir a buscarlo de contra.
Sin embargo, parece como que los jugadores y el entrenador tienen que entender que Independiente tiene que salir a ganar. Sea donde sea. Sea ante quien sea. Sea en la situación que sea. Esto sólo por ser Independiente y estar en la categoría en la que está. Y punto.
Esto sobre todo porque de arranque el Rojo no salió a llevarse a su rival por encima. Es más, las primeras ocasiones fueron para un tibio y, por momentos, inofensivo Boca Unidos que se aproximó, pudo dañar pero no logró profundidad precisión en el final.
A los 22 minutos se dio un click en el partido. Alderete, amonestado a los 5 minutos de juego, fue a disputar una pelota en la altura con su codo arriba. Impactó su brazo sobre el rival y Pablo Díaz lo expulsó directamente. Independiente que patinaba en la cancha se quedaba con un jugador menos y ante la adversidad supo defenderse mejor.
En los minutos siguientes, con Mancuello jugando por el medio, Villalba desbordando por izquierda, Pizzini suelto y un Montenegro más activo, el Rojo contó con varias situaciones. Quizás las más claras del partido. Sin lugar a dudas el mejor momento de los de Miguel Brindisi en su travesía por Corrientes.
Así fue que a los 29 minutos, una jugada que nació en Mancuello y continuó con un cabezazo habilitador de Menéndez, le dio la chance a Pizzini de abrir el marcador. El juvenil la empaló de zurda y cuando todo parecía tener destino de gol se interpuso el palo más lejano del Martínez Gullota para ahogarle el grito de gol. Más tarde fue el propio Mancu el que probó de lejos, pero su remate se fue desviado.
A los 39 otra vez el uno del equipo correntino sería el protagonista estelar. Es que el Rolfi se movió bien en el área y aprovechó el centro productivo desde el tiro de esquina. Su cabezazo se metía en la ratonera, pero el ex Racing volvió a quitarle la chance. Sobre el cierre fue Menéndez el que probó de afuera pero con poca puntería.
Fueron los mejores 20 minutos de Independiente en esta categoría. Es que ya en el segundo tiempo, el equipo se replegó. Todos pasaron a tener como prioridad la tarea defensiva y eso provocó que Boca Unidos no llevara peligro al arco de Assman, pero que también no haya profundidad en el área rival.
Fueron muy pocas las chances del Rojo en el complemento. Casi todas desde afuera del área. El Rolfi de tiro libre, Menéndez y hasta Miranda. El que le puso vértigo al equipo, otra vez, fue el pibe Pisano que reemplazó a Pizzini. Su gambeta fue de lo mejor en el segundo tiempo. Montenegro también se fue reemplazado.
Parece que Brindisi decidió bajar la persiana del partido, aferrarse al punto y añorar por un triunfo ante Aldosivi como local que le permita mantener esta idea de subir a Primera. Lo cierto es que tanto los jugadores como el DT deberán darse cuenta que para ganar y lograr el ascenso tendrá que salir a ganar desde el arranque y mantener la idea. Es cuestión de mejorar… pero ya. No se soporta más no poder ganar.