El 4 de agosto de 1904 fue solo el puntapié inicial para todo lo que sucedió después. ¡Mirá!
La historia del nacimiento de Independiente es tan conocida como fascinante, y más lindo es entender cómo se relaciona con la historia propia. El 4 de agosto de 1904, un grupo de socios de Maipú Banfield decidió independizarse y formar su propio equipo de fútbol, potenciados por las ganas de jugar que guardaban a causa de no poder hacerlo por su edad. Esto dio el nombre al club, y marcó a fuego la identidad de la institución.
A lo largo de los años, el Rojo fue siempre contra todos. Una vez asentado en Avellaneda, se enfrentó a un Racing que, por aquellos años, arrollaba en la ciudad. Todos le tenían miedo, hasta que llegó el más grande. En el primer Clásico, para el cual la Academia pronosticaba una goleada a favor, el Diablo ganó 3-2, y los dejó tan groguis que quisieron pedir los puntos, pero Rosendo Degiorgi rechazó el pedido. Hoy, la ventaja del Rey de Copas sobre el vecino es abismal.
Y esto no es nada, el futuro le guardaba más hazañas al Orgullo Nacional. En 1964, en la primera Libertadores que levantó, tuvo que enfrentar al Santos bicampeón de la Copa, que contaba con Pelé en sus filas, la estrella que había ganado los últimos dos mundiales con Brasil (Suecia 1958 y Chile 1962). En un Maracaná repleto, con todo pronóstico en contra, Independiente se hizo fuerte y lo derrotó 3-2, y luego ratificó su superioridad con un 2-1 a favor en la Doble Visera. ¿El Peixe? Rendido a los pies del más grande.
Y si, si hablamos del Maracaná, hay que recurrir a Flamengo, ese cuco que todos veían invencible y no pudo con el Rojo. En 1995, fue la primera, con el Diablo consagrándose como el primer extranjero en dar una vuelta en dicho estadio. Luego, Liga de Quito lo logró también en 2008 con Fluminense, por lo que el Rey de Copas volvió a hacerlo en 2017, también ante el Mengao. Lo que tenía que ser una fortaleza brasilera, terminó siendo el patio de la casa del Rey.
Pero eso no es todo, porque Independiente siempre tiene más hazañas que contar. En 1978, por la final del Nacional de 1977, tuvo que ir a Córdoba a enfrentar a Talleres. El Rojo ganaba 1-0, pero un penal inventado y un gol con la mano pusieron arriba a la T. Para colmo, el árbitro expulsó a tres futbolistas de los de Avellaneda, por lo que todo hacía creer que la final estaba decantada, pero no le iban a arruinar el cumpleaños al Maestro. Sobre el cierre del encuentro, con una definición memorable, Ricardo Bochini igualó el duelo e hizo justicia para que el más grande dé otra vuelta más. Cuenta la leyenda que, aquella noche, el juez no cobró, pero son solo rumores.
Por eso, el Diablo estaba destinado desde el principio a forjar su historia a base de hazañas. Porque siempre fue contra todos, desde el día en que se fundó hasta el presente. Sin soberbia ni tampoco miedo, el Rojo siempre fue al frente, sobreponiéndose a los pronósticos en contra para dejar en claro quién y por qué es el mejor de todos los tiempos. Después de todo, en los últimos 117 años, el Rey de Copas siempre fue Independiente.
