Independiente presenta un plantel acotado en relación a lo que necesita y eso se vislumbra en el juego, con un equipo que le cuesta sostener sus argumentos en el terreno de juego.
Independiente venció a Atlético Tucumán por 1-0 y avanzó a los Octavos de Final de la Copa Argentina, en un encuentro donde si bien las formas no convencieron logró lo que hay que hacer en estas instancias, vencer y ya. No obstante, lo demostrado en el campo de juego se repite a demostraciones pasadas y deja de manifiesto que el plantel no es ajeno a una problemática ya indisimulable.
El equipo no puede mostrar una idea clara y sostenida a lo largo del tiempo en el terreno de juego. En un plantel más que corto, en el cual por ejemplo los cinco defensores convocados ante el Decano estaban en el terreno de juego, no habiendo ninguna variante y un plantel que pidió imperiosamente por refuerzos, con un entrenador que buscó no hablar para no repetir lo ya dicho hasta el hartazgo, estos son causales que se ponen de manifiesto en la cancha.
Es que Independiente no puede sostener el argumento futbolístico, siendo un equipo de momento; mostrando tanto contra el Decano, como en los anteriores cotejos del campeonato, instancias en las que pudo tener juego, sociedades y pisar el área y momentos en los que merma en el juego y sufre atrás.
Estos indicadores son responsabilidad de Eduardo Domínguez, que, en más de seis meses de trabajo, no pudo sostenerle una impronta en el equipo, no encontrando alternativas para los momentos en los que se quedan sin ideas o lograr profundidad cuando se insinúa en el área, pero sin conseguir la estocada final. Dicho esto, es indudable que lo del entrenador es en lo micro, siendo a gran escala una gran responsabilidad de quienes llevan adelante el día a día del club, es decir la dirigencia.
Lejos de poder cerrarle incorporaciones al Orgullo Nacional, la comisión directiva se encuentra con barreras constantemente, con un grupo inversor que aún no depositó el dinero que iba a figurar el martes 21 de junio, sin tener un tesorero y llenando de promesas a un entrenador, el cual si bien tiene responsabilidad de lo que pasa en el funcionamiento, se tiene que arreglar con un equipo acotado y en el que las lesiones pueden jugar un papel preponderante. El momento es ahora, cumplan antes de que sea tarde.
