En eso se convirtió Ignacio Piatti en esta última semana de cierre de transferencias. Es más, en mi época de niñez lo llamábamos “figurita difícil”. Menos Boca que con la novela del adiós de Riquelme tuvo un unitario con suspenso, comedia y drama, el resto de los equipos grandes se metieron en el culebrón “Nacho, el distinto”.
Hasta las últimas horas de la noche del miércoles el jugador estaba más cerca de Independiente. Y cuando todo hacía pensar que volvería al club de Avellaneda, apareció la fama, el reconocimiento y sobre todo el dinero de Tinelli para acercarlo a San Lorenzo.
Claro está que Cogorno y todo Racing quisieron quedarse con el volante, quizás intentando dejar mal parado a Cantero y demostrándole que billetera mata a galán. La maniobra de la Academia no cayó bien en los dirigentes rojos. No obstante es otro tema.
También se dijo que el futbolista era hincha de River y que sus ganas de vestir los colores de la banda se fundaban directamente en su corazón del tablón. Tampoco fue con final feliz. El único que podrá contar con él es San Lorenzo.
Ahora bien. Estas corridas se asemejaron a una partida de naipes. Todos estuvieron tras los pasos de esta carta ¿ganadora? Y en medio de este baile esa figura se regodeó, se supo querido y anhelado.Y resolvió jugar su partido.
La actitud fue muy repudiada en las redes sociales y fue una lástima que no llegara al Rojo. Y no lo digo por su calidad de futbolista, porque si bien nadie duda de eso tampoco es un jugador que cambie la ecuación, sino por la esperanza y el cariño que todo Independiente le demostró. Fue un golpe duro para el hincha genuino.
A mi entender es un jugador que parado como enganche o doble cinco libre puede hacer diferencia, aunque tampoco es “el salvador”.
Es más, el ida y vuelta, el dinero y su juego, las declaraciones forzadas, los dimes y diretes cansaron. Para colmo en el medio está el hincha acostumbrado a este juego mediático, pero que no deja de lado su pasión y su ilusión de ver a Piatti con el escudo del Rojo en el pecho.
Ahora ya está. El Rojo se reforzó bien y tiene material para ganar en cualquier lado, aunque dependerá de Cristian Díaz la cuota agresiva y de ir a buscar los partidos que pueda mostrar el equipo. Pero para la dirigencia es un tema a resolver.
Sí, la no llegada de Bolatti, la pérdida de Villar y Ortiz en manos de Racing y, ahora, la derrota por Piatti ante el Ciclón, tienen que ser llamados de atención. Se deberá reflexionar y aprender de los errores. Hay jugadores que pueden dar el salto de calidad importante o se supone que se les entrega todo porque tienen para hacerlo y estos se fueron a otros clubes. Por eso, estas cartas son caras en todo sentido. Para traerlas hay que derogar mucho dinero, mucha cintura, mucho trabajo y mucha energía y, en caso que no llegue, tiene un alto costo político.
