Pasan los partidos, la final está a la vista, y cada vez se hace más presente la idea de que el certamen era totalmente accesible.
Otra vez, el fantasma de lo que pudo haber sido y no fue invade a Independiente. Una copa con un formato extraño, en la que equipos con un estilo de juego de básico a malo lograron clasificar, y el Rojo otra vez sin ser protagonista. Los finalistas terminaron de demostrar que, con solo un poco más de suerte, hoy podría estar el más grande ahí.
Por un lado Boca. En una noche lluviosa, el Rey de Copas y el Xeneize igualaron 2-2 con goles de Gastón Togni y Alan Soñora para el local, y Darío Benedetto dos veces para la visita. Los dirigidos por Eduardo Domínguez hicieron hasta lo imposible para ganarlo, pero se quedaron apenas con un punto. En la Semifinal, como si fuera poco, los de la Ribera pasaron sin siquiera haber pateado al arco.
El otro finalista, por su parte, es Tigre. Otra vez, Independiente fue superior, y ganaba 1-0 con gol de Leandro Benegas de penal. Sin embargo, en la última, el Matador contó con otro, y fue Mateo Retegui quien lo convirtió. Después de haber sacado a River y a Argentinos, hoy está en la última instancia.
Los otros a los que enfrentó el Rojo y llegaron a eliminatorias fueron Aldosivi, Estudiantes, y Racing. Con el primero empató 1-1 en un encuentro que tuvo un futbolista de más y le sobraron chances para ganarlo. Con los otros dos, por su parte, cayó 2-1, de los cuales con uno podría haber empatado, y con el otro tuvo posibilidades para llevarse el triunfo en la segunda parte.
Lo cierto es que era una copa totalmente accesible para Independiente, donde el peor rival del Rey de Copas fueron sus propias imprecisiones. Para el semestre que viene, habrá que reforzarse de verdad, y ajustar lo que hace falta para que el equipo pueda ser protagonista. Por lo pronto, a no fallar en los dos partidos que vienen, que hay que llegar a Cuartos de Final de la Sudamericana.
