Las estadísticas marcan que Independiente es de los que menos goles recibieron en el fútbol argentino. ¿Dónde está el problema, entonces?
Más allá de la derrota ante Lanús, es fundamental analizar el tramo de partidos en los que el equipo de Julio César Falcioni haya tenido un buen funcionamiento. Lo que no se discute es que este plantel ha ido creciendo y evolucionando de menor a mayor en este año. Pero hay un ajuste de tuerca que Falcioni no logra hacer de mitad de cancha en adelante.
Los números globales de la Liga Profesional marcan que Independiente entra dentro de los tres equipos que menos goles recibieron, en estas 11 jornadas, de los 26 equipos que conforman el campeonato local. El Rojo solo recibió 6 tantos, al igual que Vélez. Primero esta Racing, que solo le convirtieron 2 goles.
Ahora bien, esta estadística, que en parte tiene un tinte positivo, es contraproducente y refleja la gran falencia de este equipo: la falta de contundencia y productividad de los volantes y delanteros. Independiente se defiende bien, pero no es efectivo.
Esto quedó ejemplificado, nada menos, que en la última derrota ante Lanús. Cuando el equipo tuvo que generar y encontrar caminos, con un hombre de más y hacerse del protagonismo, no llegó al objetivo de romper con esas líneas compactas del Granate que, lógicamente, formó para aguantar.
Para poder pelear este campeonato hasta el final, Julio César Falcioni deberá trabajar en este aspecto. Más allá de que sus equipos se conforman de atrás para adelante, es hora de ajustar la segunda parte.
