El empate ante Godoy Cruz dejó puntos individuales muy flojos. Uno de ellos fue, nuevamente, Lucas Romero. El volante no puede levantar su nivel. ¿Qué sucede con el Perro?
Las sensaciones, luego del 3 a 3 entre Independiente y Godoy Cruz en Mendoza por la Fecha 5 de la Copa de la Liga Profesional, son más negativas que positivas y optimistas. Principalmente, en los rendimientos individuales del equipo de Eduardo Domínguez. Uno de ellos es el de Lucas Romero. El Perro no repunta y preocupa.
Los números de Lucas Romero ante el Tomba son los siguientes: Completó 41 de los 51 pases que realizó (80 por ciento de efectividad). De los 5 pases largos que intentó, no completó ninguno. Ganó 8 de los 14 duelos individuales que se le presentaron durante los 90 minutos. Además, perdió la posesión en 13 oportunidades.
Más allá de los números, Lucas Romero tuvo demasiada responsabilidad en los goles de Godoy Cruz. Los tres del Tomba llegaron por pases filtrados de los volantes del conjunto mendocino, por el centro del campo de juego, hacia los delanteros. Principalmente, en el primero de Ezequiel Bullaude, cuando no persigue la marca y mira, junto con Domingo Blanco y Juan Insaurralde.
Otra responsabilidad que tuvo el perro fue el pase comprometedor que le da a Andrés Roa en el segundo de Godoy Cruz. Lamentablemente, no está jugando bien. La realidad de Romero es esta: Transiciones lentas, llega a destiempo y con pases que comprometen a sus compañeros. ¿Debe salir del once titular?
